vitoria - Fue una acción desagradable que pasó desapercibida para casi todo el mundo pero que una conocida twittera vitoriana (Zuriñe Eguiluz) captó con meridiana claridad por medio de un vídeo con su teléfono móvil con el consiguiente terromoto en las redes sociales en la jornada de ayer. Todo hacía indicar que el derbi del pasado sábado entre el Baskonia y el Bilbao Basket había resultado de guante blanco hasta que unas imágenes han dejado otra vez en muy mal lugar a Álex Mumbrú, un sospechoso habitual que acaba de quedar retratado con una agresión incomprensible cuando el partido ya estaba sentenciado.
El veterano jugador catalán, que a sus 38 años ya ha anunciado su retirada al final de la presente temporada y por tanto competía por última vez en un encuentro oficial en el Buesa Arena, dio la nota en los minutos de la basura con un alevoso codazo a Kevin Jones que quedó impune. Mientras Vincent Poirier erraba un tiro debajo de la canasta, ambos peleaban por la posición a pocos metros de distancia en busca del rebote. El estadounidense trató de hacerse hueco de forma reglamentaria cuando de repente vio cómo el hombre de negro sacaba su codo derecho a pasear e impactaba violentamente contra su rostro acabando en el suelo. El agredido ni siquiera protestó ni clamó al cielo como hubiese sido lo normal, mientras que el banquillo vitoriano tampoco vio nada fuera de lo normal.
Casi nadie se percató de una acción hasta cierto punto barriobajera y que no venía a cuento con un duelo decantado con claridad a favor de los vitorianos. El pique entre ambos fue en aumento a partir de ese momento, pero Jones sí sufrió a renglón seguido el celo arbitral. En un contragolpe del Baskonia donde actuaba como trailer y con unas evidentes ganas de ajustar cuentas, el flamante fichaje azulgrana arrolló sin miramientos al catalán en su intento de ganarse el espacio en la zona. Martín Bertrán, el colegiado principal de la contienda, decretó falta antideportiva y Mumbrú dispuso de dos tiros libres mientras arreciaba la música de viento desde la grada.
El jugador del Bilbao Basket alimentó de esta manera su particular leyenda negra en el Buesa Arena, una cancha donde, al igual que Axel Hervelle, siempre ha vivido recibimientos hostiles, en parte por acciones de dudoso gusto como la del sábado que no hacen ningún bien al deporte de la canasta. No en vano, la estampa de su codazo se propagó como la pólvora y algunas reacciones no se hicieron esperar.
Tras tener constancia de los hechos, Pedro Martínez no se mordió la lengua en su cuenta de Twitter y reclamó un castigo ejemplar para Mumbrú, si bien evitó nombrarle en público. “Creo que la ACB debería actuar de oficio y sancionar acciones antideportivas que los árbitros no pueden ver (es comprensible que no lo vean). Ayer hubo una. Por la tele se ve muy bien?”, escribió el técnico catalán, contrariado con la actitud de un jugador que ya es reincidente.
La indignación en el club vitoriano y su afición vuelve a ser latente, pero todo el mundo asume que el codazo de Mumbrú no recibirá castigo alguno por parte del Juez Único de la ACB, que nunca interviene en estos casos si la acción no queda reflejada por los árbitros en el acta. De lo que no hay dudas es que la vuelta en Miribilla, que asistió no hace mucho a una batalla campal entre jugadores de los dos equipos, promete ser de lo más caliente.