vitoria - Unos discretos dos puntos y dos faltas cometidas para un -4 de valoración con un tiro de campo convertido en cuatro intentos. Esos fueron los registros estadísticos de Ricky Ledo en su primer partido con el Baskonia durante cinco minutos de juego. Minutos que se antojan escasos para evaluar de manera profunda la primera actuación del jugador con el Baskonia, así como las futuras. No obstante, solamente conque el escolta saltara ayer a cancha ya denotó buenas sensaciones en su vertiginoso periodo de adaptación.

Y es que con el partido sin acabar de romperse y el Gran Canaria acechando de forma permanente en el marcador, parecía incluso que Sito Alonso haría esperar al baskonismo a la hora de contemplar el nuevo fichaje, que solo llevaba cinco días en Vitoria. Pero en el ecuador del tercer cuarto, Ricky Ledo se despojó de las indumentarias de calentamiento y se dispusó a realizar su debut como jugador azulgrana. Apenas había pisado el parqué cuando cometió su primer falta personal por apoyarse en la cadera de su marcaje, una infracción que denotó su inexperiencia en la competición, así como sus nervios por entrar en acción.

Pero rápidamente se hizo notar el americano, especialmente en el lado opuesto de la cancha. Ledo quiso tomar protagonismo desde el primer momento, casi ansioso por hacerse con galones. Su primer lanzamiento, eso sí, fue un comprometido triple cuando se agotaba la posesión en el que no tocó aro, también condicionado por una posible falta de Royce O’Neale. No obstante, el de Rhode Island no se dio ni mucho menos por vencido y siguió probando suerte en prácticamente cada balón que le llegaba. A la tercera fue la vencida, con un aro pasado con la mano izquierda que despertó el entusiasmo en la grada, ansiosa por dar la bienvenida al nuevo jugador. No tuvo más fortuna de cara al aro, aunque las sensaciones generales fueron buenas, evidenciando una clara falta de cohesión con el grupo que posiblemente se palie con el paso de los días. Ledo se mostró como un escolta mucho más cómodo con el balón que sin él, ya que apenas recibió balones para tirar tras bloqueo y buscó más el esférico para crearse él mismo la jugada, mirando siempre el aro como primera opción. El Buesa Arena se quedó con ganas de más en el fugaz estreno del feroz anotador venido de Turquía, que sin duda dispondrá de más oportunidades para ir asentándose en la rotación del técnico madrileño. La precipitación parece sin ninguna duda el punto negativo del exterior en su debut, del que tampoco se dispone de una muestra muy extensa como para juzgarlo de manera clara. De la misma manera, aunque no dispusiera de acierto, su voracidad de cara al aro podría ser muy valiosa en los próximos encuentros.

El Baskonia dejó en unos guarismos raquíticos a uno de los mejores ataques de la ACB. El Gran Canaria tan solo maquilló sus números en el tramo final cuando los locales levantaron el pie del acelerador.