vitoria - Como un círculo sin fin. Da la sensación de que la trayectoria del Baskonia en la presente temporada haya adoptado una forma similar a la de los ciclos económicos que tan en boga estuvieron con la última crisis. Si en una semana concreta la plantilla parece estar en el mejor momento del año, basta que transcurran un par de partidos para que decaigan dichas sensaciones y regresen las dudas previas a una crisis. La derrota del pasado jueves frente al Panathinaikos, por dolorosa que fuese, no significa ni de lejos que el Baskonia haya dado un paso atrás en su rendimiento. No obstante, sí que puso de manifiesto que la regularidad, en este equipo, parece algo complicado de conseguir. Y más con tres partidos en la misma semana.
Porque el Baskonia tendrá hoy frente al Estudiantes una oportunidad para resarcirse, pero también, si cae, puede volver a incitar la histeria entre los más desconfiados. Y eso que, tras varios tropiezos sufridos en ACB, una derrota contra un rival a priori inferior en una semana de tres partidos puede ser perfectamente factible.
No obstante, una victoria resulta prácticamente obligatoria para no descolgarse del podio de la clasificación, que cierra el Real Madrid con las mismas derrotas que los azulgranas. Además, el Baskonia podría caer hasta la sexta posición en caso de que el Barcelona y el Gran Canaria salieran vencedores de sus respectivos partidos. Esto convierte el partido contra el Estudiantes en un peligroso desfiladero, en el que dar un paso en falso podría inducir a una peligrosa caída. Para evitarlo, los de Zurbano dispondrán de la plantilla de los últimos partidos, lo que implica de nuevo la baja de Andrea Bargnani. Tampoco se advierten demasiados cambios en el planteamiento del técnico azulgrana, a excepción, quizá, de dos hombres. Nicolás Laprovittola ya disfrutó de una buena minutada contra el Panathinaikos y Alonso podría usarle de manera similar contra su ex equipo. A su vez, Jaka Blazic apenas pisó parqué el jueves, y es en competición nacional donde mejor parece desenvolverse el esloveno.
Por parte del rival, hace tiempo ya desde que el club estudiantil fuera uno de los cocos de la competición. Sin embargo, los de Salva Maldonado parecen haber dejado atrás las pesadillas del descenso para acomodarse en un más que digno décimo puesto. Gran parte del mérito se lo lleva Edwin Jackson. El escolta tiene prácticamente a todo el equipo girando a su alrededor, pero eso no quita mérito a su espectacular temporada. Jackson lidera la ACB tanto en puntos como en valoración por partido, con 22.9 y 23, respectivamente. Con él enchufado, el Estudiantes es capaz de ganar a cualquier conjunto. De hecho, la semana pasada sorprendieron al Unicaja en el Martín Carpena con 27 puntos del francés, que en el Buesa también endosó una cifra similar (26). Si Sito Alonso consigue maniatarlo, pocos problemas deberían surgir desde la ofensiva local. Veteranos como Omar Cook, Jordi Grimau o Sitapha Savané ya han vivido sus mejores días, y jóvenes como Edgar Vicedo o Darío Brizuela aún están por explotar. Para hoy podrían recuperar al ala-pívot Dylan Page.
No obstante, conviene recordar que la máxima prioridad en este tramo de la temporada no es otra que la de arañar cualquier opción de tener el factor cancha en Euroliga, o el quinto puesto en su defecto.