Vitoria - En todas las ediciones de la Copa, las libretas de los ojeadores de la NBA echan humo, si bien ya no se esconden demasiados secretos detrás de los futuribles para la mejor liga del mundo que se darán cita durante estos días en el Buesa Arena. Los nombres de los jugadores susceptibles de cruzar el charco están en boca de todo el mundo, empezando por ese prodigio de precocidad llamado Luka Doncic, al que todas las previsiones de las páginas especializadas en baloncesto colocan como número 1 del draft en 2018.
En el caso del Baskonia, existe un profundo conocimiento sobre todos los integrantes en manos de Sito Alonso. No en vano, muchos de ellos ya han competido en la NBA durante varias temporadas y los scouts se saben al dedillo sus virtudes. Ilimane Diop, que este verano inscribirá su nombre en la lotería de jugadores en busca de la mejor posición posible tras retirarse el año pasado en el último momento de la cita del Madison Square Garden, sea acaso el que más deba colocarse en el escaparate.
Otros como Shane Larkin no sienten ya ningún cosquilleo en este sentido. Con 204 duelos a sus espaldas tras haber militado tres ejercicios en la mejor liga del mundo, repartidos entre los Mavericks, los Knicks y los Nets, el base nacido en Cincinnati (Ohio) apenas se inmuta cuando se le cuestiona por la importante llegada de ojeadores a la capital alavesa.
“No me coloca encima nada de presión. Si al final juego, lo haré tan solo para el Baskonia. La NBA es la NBA, pero ahora mismo me centro primero en estar perfecto de salud y luego ayudar al equipo. No estoy preocupado por los informes de los ojeadores”, reconoció Larkin, que tan solo se comprometió con el club vitoriano por un año. Apreciado su espectacular nivel como azulgrana, muchos entendidos en la materia dan por hecho que a partir de la próxima campaña retornará a la competición norteamericana. Solo una irrechazable oferta de renovación por parte de Querejeta o los cantos de sirena algún otro transatlántico continental pueden interponerse en ello. - O.S.M.