vitoria - El siglo XXI arrancó ya hace más de tres lustros. Fue el momento en el que el baloncesto alumbró una nueva competición internacional gestionada por los propios clubes. Supuso una auténtica revolución y en su gestación estuvo, como no podía ser de otra manera, el Baskonia, erigido en uno de los principales artífices del cambio. Parecía el paso definitivo pero el futuro siempre está esperando con los brazos abiertos a quien se arriesga a buscarlo y esta tarde arranca oficialmente una nueva era del deporte de la canasta. Se trata de la Euroliga 2.0. Una competición todavía más ambiciosa y en la que, de nuevo, la entidad de Zurbano es uno de sus pilares fundamentales. En un claro guiño a sus orígenes, esta edición arranca con el partido Real Madrid-Olympiacos, exactamente el mismo que lo inauguró en el año 2000.

La principal novedad que presenta esta versión mejorada de la máxima competición continental es que se convierte definitivamente en una auténtica liga, en la que todos los equipos se enfrentarán todos contra todos a doble vuelta. Una vieja aspiración pero que no ha estado exenta de polémica al reducir el número de equipos participantes a dieciséis y conceder once plazas prácticamente fijas. La guerra con la FIBA también se ha convertido en otro considerable obstáculo a superar pero ya no hay margen para la marcha atrás. La Final Four en Estambul del 19 al 21 del próximo mes de mayo espera.

Cuatro equipos turcos, tres españoles, dos rusos, dos griegos, un serbio, un israelí, un alemán, un italiano y un lituano componen la formación de salida con lo mejorcito del continente. Por delante, treinta jornadas trascendentales para buscar una clasificación entre los ocho primeros que se prevé muy cara para todos. Prácticamente seis meses de competición con un desgaste muy elevado. Y es que el calendario depara semanas con doble jornada a la que habrá que sumar los correspondientes compromisos domésticos. Como contrapunto, los aficionados tienen garantizados encuentros del máximo nivel ante los rivales más potentes independientemente de los resultados que logren sus equipos. Será una batalla global y total desde el primer momento. Sin red.

La Euroliga cambia de formato deportivo, pero también aumenta los premios económicos para los equipos participantes, que se repartirán cerca de 30 millones de euros gracias al suculento contrato suscrito con IMG. Cada victoria en la liguilla inicial se cotizará a 40.000 euros, cifra que asciende a 70.000 en el play off de cuartos. El campeón se llevará un millón adicional por 500.000 euros del subcampeón y 300.000 y 200.000 para el tercero y cuarto.

Como uno de los grandes protagonistas de esta fiesta estará el Baskonia, que quiere ratificar que debe ser tenido en cuenta como candidato a la élite del baloncesto continental. Tras alcanzar el año pasado la Final Four de Berlín, ha fiado su apuesta de este curso a los fichajes del italiano Andrea Bargnani y el americano Shane Larkin como principales estandartes. Todo ello, con Sito Alonso como patrón en el banquillo. En mayo, sabrá si ha repetido sueño.