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Cierre desangelado. El Baskonia se ha clasificado para el ‘Top 16’ y casi todo el mérito es suyo, pero el equipo vitoriano mostró ayer una preocupante falta de ambición en el Pionir. La búsqueda del rigor defensivo es una asignatura pendiente que el vitoriano debe trabajar en próximas fechas. Con Heurtel en la rampa de salida hacia Estambul, concedió a James los galones en la dirección.

belgrado - A la postre, tercero de grupo con ese pernicioso síndrome del viajero que le impide sistemáticamente enseñar las uñas fuera de su hogar desde el comienzo del ejercicio. El Baskonia acudió a Belgrado prácticamente de turismo. Se dejó el rigor defensivo en el vestuario y fue presa fácil para un anfitrión voraz que le tiene cogida la medida y volvió a hacerle un traje. Consecuencia directa de ello fue su aterrizaje en el grupo más complejo del Top 16, donde aguardarán varios desplazamientos maratonianos hasta el Este de Europa y un puñado de adversarios inaccesibles para soñar con unos hipotéticos cuartos de final de la Euroliga. Una velada descorazonadora en todos los sentidos que dará paso a una segunda fase de lo más pesada con el consiguiente desgaste para un grupo ya limitado de por sí.

A tenor de la pusilánime actitud que mostró en tierras balcánicas, el Laboral Kutxa no puso excesivo interés en sumar un triunfo que le hubiese deparado el enfrentamiento ante oponentes algo más benignos y, sobre todo, próximos. De ahí que su futuro continental aparezca teñido de sombras a la espera del enésimo remate de una plantilla con numerosas incógnitas por resolver. Entre la frialdad de un Pionir desértico donde retumbó el sonido de las zapatillas y la trascendencia del decisivo partido liguero a la vuelta de la esquina en Murcia, dio la impresión de que el conjunto vitoriano desistió de la pelea por un premio menor pero también atractivo debido a las ventajas que podía generar en el futuro. Tras remar en todo momento a contracorriente, el Baskonia adoleció de ambición, reincidió en su consabida debilidad mental lejos del Buesa Arena y encajó una lluvia de golpes.

Su alarmante tibieza, encarnada en casi todos los hombres de su cuerda exterior, provocó que clausurara con un sabor amargo una primera fase presidida por una montaña rusa de emociones. Y es que no precisaron los excelsos tiradores del Estrella Roja del incondicional apoyo de su bulliciosa grada porque circularon a través de una autopista exenta de obstáculos para martillear una y otra vez el aro azulgrana. Cualquier penetración local desembocó en una plácida canasta. Tanto en transición como en estático, los serbios pasearon una suficiencia asombrosa y firmaron unos porcentajes de escándalo.

En esta ocasión, el gigante Marjanovic se convirtió en una figura decorativa durante muchos minutos. Liderada por el mortífero Williams, amo y señor del tempo de la velada ante el absentismo de James y Heurtel -el galo, apartado del cinco titular, evidenció que su cabeza ya se encuentra en Estambul-, la bestia negra azulgrana acreditó su veneno por cuarta ocasión consecutiva en un partido descafeinado y de guante blanco. Impulsado por su superioridad física y la potencia de sus atléticas piezas, el Estrella Roja volvió a hurgar en las conocidas carencias alavesas lejos del Buesa. Un equipo sin excesivo nombre, pero que tiene visos de dar sorpresas en el Top 16 por el hambre y la proyección de sus integrantes.

las dudas de james Si a nivel colectivo dejó bastante que desear por su desgana, el Baskonia tampoco halló respuestas individuales en el Pionir. James y Heurtel buscaron con más ahínco su lucimiento individual que el colectivo, Shengelia estuvo desesperante por su escasa chispa y Vujacic brindó nuevas razones a la directiva para ejecutar en breve su cláusula de salida. Además de los fogonazos de Causeur y Bertans, Tillie fue el único en escapar de la vulgaridad como solitaria noticia positiva.

Las alternativas en el marcador fueron una constante durante la primera mitad, en la que James tomó la batuta y desplazó por completo del primer plano a Heurtel. El francés quema los últimos cartuchos de su difícil estancia en Vitoria e Ibon Navarro ha entendido que lo más sensato es ir dando paso en la dirección al menudo estadounidense. Si su calidad individual y manantial ofensivo están fuera de toda duda, James exhibe otras grietas en su, por momentos, anárquico juego. Está por ver si ayudará a los compañeros a ser mejores ante sus brotes de individualismo en el Pionir. Culminada la primera fase de la Euroliga, llega la hora de la verdad en la ACB. La visita a Murcia disipará las dudas existentes respeto a la participación copera antes de una semana convulsa en los despachos donde la actividad promete ser frenética para acabar con la inestabilidad del plantel.

Sangría exterior. Los hombres de perímetro del Baskonia tendieron una alfombra roja para el lucimiento de los excelsos anotadores del Estrella Roja, encabezados por el mortífero Williams. La falta de dureza atrás constituyó un lastre y allanó el camino a un rival voraz que infligió la cuarta derrota consecutiva en los duelos entre ambos.

Sin hambre. No dio la sensación de que el Laboral Kutxa concediera importancia a la opción de ser segundo al adolecer de ambición en el Pionir. Ahora le aguarda un incómodo trayecto por el ‘Top 16’ con rivales durísimos y desplazamientos maratonianos.

De lo poquito salvable en el Pionir. Acierto exterior y entrega a partes iguales en una jornada donde disfrutó de muchos minutos ante la apatía de Shengelia. Va a más esta campaña.