vitoria - Habitualmente, la rutina acostumbra a convertirse en una aburrida losa de la que el común de los mortales trata de escapar buscando nuevas experiencias que le permitan recuperar la chispa perdida. Es inevitable que la repetición de las mismas sensaciones termine por pasar factura y algo conocido pero igualmente es comprensible el intento de evitar este peaje. Sin embargo, en algunas ocasiones, el siempre sorprendente ser humano daría lo que fuera necesario por recuperar la otrora insoportrable normalidad.

Y en esa situación precisamente se encuentra en la actualidad el Laboral Kutxa. Tras un inicio de temporada plagado de accidentes que han estado a punto de hacer descarrilar el proyecto a las primeras de cambio y han obligado a acudir al taller del mercado con urgencia, el combinado vitoriano ansía volver a cumplimentar lo que, en condiciones normales, no deberían pasar de faenas de aliño. Es decir, cumplimentar el expediente de sumar la victoria sin problemas ante un adversario a todas luces inferior.

Algo que sobre el papel se antoja más que factible pero que, en realidad, no ha sido capaz de llevar a buen término hasta el momento. Apoyado en la ola de confianza y moral que han supuesto las victorias ante el Bilbao Basket en la ACB y el Galatasaray en la Euroliga (unido al hecho de haber sido capaz de competir ante todo un Olympiacos en Atenas), el combinado de Marco Crespi recibe al modesto Manresa obligado a ratificar su proceso de mejoría.

Porque absolutamente de nada servirían los pasos positivos dados en sus últimas comparecencias si esta tarde vuelve a caer en errores no demasiado lejanos y tropieza de nueva contra un rival que no tiene absolutamente nada que perder y que contará con la ventaja de poder aprovecharse del desgaste físico de la escuadra azulgrana tras su partido del pasado viernes. Además, en el banquillo catalán se encuentra un viejo conocido como es Pedro Martínez, que se ha convertido en los últimos años en un auténtico especialista en plantear peligrosísimas trampas al Baskonia.

En cualquier caso, la diferencia entre alaveses y manresanos es lo suficientemente importante como para que el duelo se decante con claridad hacia el lado local. La cita servirá también para volver a disfrutar del recién llegado Sasha Vujacic, que tan buenas sensaciones dejó el viernes en su estreno como baskonista. El esloveno ha sido dado de alta en la ACB para ocupar la plaza de Orlando Johnson y poco a poco debe ir creciendo su aportación al equipo a medido que complete su integración en el grupo.

El choque de esta tarde en el Buesa Arena se presenta, por lo tanto, como un triunfo de obligada conquista para un Baskonia que no está en condiciones de permitirse nuevos tropiezos ante conjuntos inferiores si no desea ver seriamente comprometida su presencia en la próxima edición de la Copa.