vitoria - Todo el planeta baloncestístico tenía constancia de la noticia desde hacía semanas. Era un secreto a voces que empezó a cobrar forma a primeros de julio cuando el casting de entrenadores realizado por Josean Querejeta llegó a su fin. Tras declinar diversos ofrecimientos como el del balcánico Sasa Obradovic o resistirse a dar el paso definitivo a la hora de sellar una alianza con Sito Alonso, a quien nunca puso encima de la mesa una oferta en sus muchos cara a cara, el presidente azulgrana se autoconvenció de que el hombre ideal para llevar el timón del Baskonia en esta etapa de vacas flacas era Marco Crespi. Sin embargo, su nombramiento oficial se demoró hasta ayer ante las dificultades para concretar la laboriosa desvinculación de Sergio Scariolo.

Tras más de dos meses de continuos tiras y aflojas, ha precisado el el club de dinero fresco en las arcas para cerrar la desvinculación del técnico de Brescia y hacer público el cantado acuerdo con su compatriota. Como ya informó DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA el pasado 8 de julio, Crespi se ha comprometido por una temporada fija y una segunda opcional en función de los resultados y el grado de confianza que genere su trabajo en la cúpula del Buesa Arena. El Baskonia tiene depositadas grandes esperanzas en que el transalpino, tal y como ha hecho en Siena durante la última campaña, sepa optimizar al máximo los limitados recursos de la futura plantilla vitoriana.

Si en el Montepaschi estuvo a punto de coronar campeón a un equipo casi en ruinas y salpicado por un escándalo de evasión de impuestos -algo que ha conllevado su descenso a la cuarta división italiana-, en Vitoria deberá lidiar con otro complicado toro por la compleja coyuntura económica en la que se halla inmerso la entidad de Zurbano. Hacer más con menos será su consigna, aunque lo que básicamente se espera de él es que proporcione un estilo inconfundible al equipo y le inocule el hambre del que adoleció el pasado ejercicio. Nadie le exige títulos, pero sí una férrea disciplina y trabajo a mansalva en los entrenamientos para, al menos, competir en todos los frentes.

Crespi, que ha moderado bastante la etiqueta de showman ofrecida en Sevilla durante la temporada 2001-02, ya lleva trabajando para el Laboral Kutxa desde hace semanas. Uno de sus primeros cometidos fue viajar a la Liga de Verano de Las Vegas para sondear a jugadores apetecibles. El transalpino, un perfecto conocedor del mercado estadounidense tras haber sido el scout europeo de varias franquicias de la NBA, siempre se ha sentido a gusto con jugadores procedentes del otro lado del Atlántico. En este sentido, es factible que alguno de los fichajes pendientes para dejar perfilada la plantilla -base, escolta y pívot- sea norteamericano y lleve su firma. De momento, se desconoce cuándo será la fecha de su presentación ante los medios, aunque ésta no debiera demorarse en exceso teniendo en cuenta que el inicio de la pretemporada está fijado para el día 18 de este mes.