vitoria. El Laboral Kutxa de los altibajos, que ha mantenido en la incertidumbre de la montaña rusa a lo largo de toda la temporada a su afición, dispondrá el domingo en La Laguna de una última oportunidad para redimirse y sacudirse las numerosas dudas que arroja por su insoportable inconsistencia anímica. Ante el CB Canarias de Alejandro Martínez, probablemente el equipo revelación de la presente campaña, un colectivo eléctrico que juega a pecho descubierto y apuesta por un baloncesto alegre y ofensivo, el combinado azulgrana tendrá ocasión de cerrar con buen sabor de boca una fase regular que, por resultados, ha sido buena, de largo mejor que por sensaciones.
El discurso de Zan Tabak, que tanto en la victoria (Murcia) como en la derrota (Estudiantes) ha afeado la conducta de sus hombres en estas últimas semanas, fija un camino a seguir por el que, al menos en las dos últimas citas, no han querido transitar los jugadores azulgranas. Ante el Canarias, equipo ya salvado y sin opciones de play off, el Baskonia no se jugará nada y se jugará al mismo tiempo mucho. Más allá de añadir una victoria más a su casillero, está obligado el equipo a disculparse ante una afición que lo despidió con pitos tras su última función en el Buesa Arena.
El partido del domingo, que por motivos televisivos se retrasa una hora (arrancará a las 13.15 horas), vale de tan poco como valía el del pasado domingo ante Estudiantes, pero la hinchada confía en que el equipo dé de nuevo muestras de un carácter que resultará necesario a la hora de intentar asaltar un título liguero en el que se parte, a priori, con evidentes desventajas respecto a los dos clubes futboleros.
Zan Tabak es consciente de lo que la gente quiere. Pero en esta fase de compromisos intrascendentes parece incapaz de poner en canción a un plantel que en las citas importantes sí muestra otra actitud, por mucho que no haya resultado suficiente para catar algún objetivo de verdad meritorio. El técnico croata ya lo ha avisado: cuando un equipo se deja llevar en exceso en este tipo de encuentros de poco fuste, quizá no pueda ofrecer el máximo cuando la ocasión lo requiera. Sus esfuerzos vuelven a centrarse estos días en exigir a sus pupilos el máximo.