Vitoria. La incertidumbre se ha apoderado de lleno sobre varios integrantes del Baskonia. La marcha de Stanko Barac al Anadolu Efes tiene serios visos de no ser el único movimiento de salida de un club que quiere hacer limpieza a fondo en el vestuario tras una decepcionante campaña. Mientras existe un núcleo intocable formado por Huertas, San Emeterio y Teletovic, que sólo emigrarán del Fernando Buesa Arena si llega una oferta mareante, otros integrantes como Oleson, Logan y Batista se hallan en la cuerda floja. Pese a restarle tres años más de contrato y la alta inversión que efectuó Josean Querejeta para reclutarle en diciembre del año pasado procedente del Fuenlabrada, el poste uruguayo es uno de los que tiene abierta la puerta de salida.
Ajeno a todos los rumores que le sitúan fuera de la capital alavesa, Batista -en vísperas de afrontar el inicio de la preparación para el Torneo de las Américas- aclaró ayer a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA que su intención reside en triunfar en el equipo vitoriano. "No tengo ningún inconveniente en seguir en Vitoria. No tengo problemas con nadie y estoy muy a gusto. Me quedan tres años de contrato con el Caja Laboral y quiero cumplirlos. No manejo los rumores ni sé de dónde salen porque estoy de vacaciones. Por mi cabeza sólo pasa cumplir mi contrato con el Baskonia. La idea mía es volver con mi equipo cuando acabe mi participación con la selección", refrendó sin ambages.
Sin embargo, varios factores confluyen para que figure en la lista de prescindibles y el club quiera deshacerse de sus servicios siempre que algún interesado desembolse un traspaso y permita a la entidad alavesa recuperar la onerosa inversión para incorporarle procedente del sur de Madrid. Entre sus pobres prestaciones durante los meses que estuvo a las órdenes de Dusko Ivanovic, que fue una sombra del deslumbrante interior que gobernó la ACB con puño de hierro en Fuenlabrada e igualmente su tajante negativa a reducirse sus emolumentos, idea que le trasladó tanto a él como a otros jugadores la cúpula azulgrana hace unas semanas, todo hace indicar que Batista pueda protagonizar una estancia efímera.
El interesado, en cualquier caso, es partidario de no mirar atrás, pretende hacer borrón y cuenta nueva y anhela gozar de una segunda oportunidad para triunfar en un grande del Viejo Continente. De ahí que traslade únicamente al Baskonia la potestad de decidir sobre futuro. "Tengo contrato y no he hablado con nadie del club. Sé lo mismo que el último día que me fui, es decir que volveré a Vitoria a hacer la pretemporada. Desconozco si quieren que me vaya por no bajarme el sueldo. No puedo hablar por nadie que no sea yo. Obviamente no les he planteado rescindir mi contrato porque no tengo ningún inconveniente con nadie, ni con la ciudad ni con el equipo", puntualizó el internacional charrúa, cuyo pasaporte comunitario logrado recientemente constituye un aval para su continuidad.
Igual que sucede con otros jugadores de la plantilla, sólo los movimientos del mercado dictaminarán su futuro. Dado que el Baskonia abonó en su día alrededor de 500.000 euros por el recambio de Marcus Haislip para la pintura, la salida de Batista se contempla únicamente si algún equipo deja una buena suma de dinero en las arcas. Inmerso ya en la búsqueda de un cuatro, la hipotética marcha del uruguayo aumentaría las urgencias para potenciar la cuerda interior.