Vitoria. Natxo Lezkano, quien fuera asistente de Ivanovic en el Baskonia y actual técnico del Palencia, será el seleccionador nacional de Costa de Marfil en el próximo Campeonato de África de naciones (Afrobasket) que se disputará en agosto. La aventura es una incursión en lo desconocido que trasciende el espectro baloncestístico. "Estoy seguro de que va a ser una experiencia personal enriquecedora que me va a permitir no sólo conocer cómo se vive el baloncesto en un entorno completamente diferente al que estamos acostumbrados en Europa, sino también poder descubrir la esencia de un país y un continente desconocido para la mayoría", explicó ayer el portugalujo, que permaneció en la capital alavesa entre 2001 y 2006.

Costa de Marfil trata de reconstruirse después de una guerra civil que ha dejado más de 3.000 muertos y medio millón de personas desplazadas. La negativa del expresidente Laurent Gbagbo a abandonar la presidencia del país tras ser derrotado electoralmente por Alassane Ouattara desencadenó un conflicto fratricida y devastador. La nación africana ha quedado dividida y debilitada, y la recuperación política, económica y social será larga. En este contexto, la organización del Afrobasket, que debía celebrarse en Costa de Marfil, quedó abortada, trasladándose la cita a Madagascar.

Asociar baloncesto y África en España remite directamente a los Juegos Olímpicos de Barcelona'92 y a una selección que provocó el sonrojo en la, por entonces, yerma trayectoria nacional. Aquel angolazo supuso un bochorno que dejó serias secuelas. Dos décadas después, el baloncesto africano sigue en vías de desarrollo. "La situación del baloncesto y del deporte en general en Costa de Marfil está lastrada por la inestabilidad política reinante. Los conflictos recientes han obligado a parar las competiciones locales y el deporte de base. Y así es muy complicada la evolución", relató Lezkano.

Aunque las condiciones y el entorno no son los óptimos, el potencial del continente africano es patente. Hay músculo. Faltan disciplina y entrenadores. "Los físicos son de primer nivel mundial, pero son jugadores muy anárquicos, acostumbrados a jugar un baloncesto técnico y táctico muy básico. Salvando las distancias, es un estilo NBA. Uno contra uno y poco más. No contemplan el estilo europeo", valoró el vizcaíno.

En un intento de corregir estas carencias tácticas, las federaciones africanas han puesto sus miras en entrenadores españoles. Un grupo en auge gracias al trabajo de cantera y a la exposición que les ofrece la competitividad de la Liga ACB y la presencia de jugadores españoles en la NBA. Lezkano ha sido requerido por el país marfileño por su periplo en Vitoria y su dominio de la pizarra. "En el Afrobasket vamos a estar cuatro españoles como entrenadores. Estamos muy bien valorados y ellos buscan que nosotros traslademos a sus países un modelo de dirección y preparación que está funcionando en España", subrayó.

La vinculación de Natxo Lezkano con la Federación de Costa de Marfil terminará después del Afrobasket, una competición que ha preparado a contrarreloj a base de vídeos. "El scouting lo hemos hecho con cintas que me han mandado de los jugadores. Su procedencia es diversa: Primera y Segunda francesa, NCAA y la propia Liga marfileña. Uno de los jugadores más importantes es Koné, del Lagun Aro", explicó. Natxo Lezkano, en una empresa de final impredecible, afronta esta etapa con la incertidumbre y la ilusión propias de quien viaja a un mundo por descubrir. "No sé lo que me voy a encontrar. Iré con unas ganas tremendas de adaptarme a los jugadores y a sus particularidades y poder aportar mi parte al desarrollo de su juego", concluyó entusiasmado.