Vitoria. El CSKA no quiere repetir una temporada tan desastrosa como la anterior en la que se quedó fuera de combate en la Euroliga a las primeras de cambio. Con el fin de hacer llevaderas las retiradas de sus iconos de los últimos años (Holden y Langdon) e iniciar un nuevo dorado ciclo que le permita reverdecer viejos éxitos, está dispuesto a tirar de talonario y atrapar a las mejores piezas del mercado. Mientras está todavía en el aire la posibilidad de que vuelva a hacer una nueva intentona por Mirza Teletovic y eleve una primera oferta que no satisfizo los intereses de Josean Querejeta, el club del Ejército Rojo está consiguiendo cerrar otras operaciones a una velocidad vertiginosa.
Tras reclutar en primera instancia a Sammy Mejía (Cholet) y a Nenad Krstic (Celtics), la guinda del pastel se llama ahora el cotizado Milos Teodosic. Según reflejó ayer la prensa griega, el CSKA abonará su cláusula de rescisión -fijada en la friolera de 1,3 millones de euros- para rescindir el vínculo que le unía con el Olympiacos para las próximas temporadas. La entidad de El Pireo dispone ahora de una semana para igualar dicha proposición, pero la grave crisis en la que se halla inmerso tras la reciente marcha de los hermanos Angelopoulos hace completamente inviable dicha posibilidad. El desembarco del internacional plavi en tierras rusas deja con la miel en los labios al Barcelona, que también perseguía su fichaje con el fin de hallar un recambio para Ricky Rubio en la dirección y puede verse ahora en la tesitura de redoblar sus esfuerzos por Marcelinho Huertas. Lo cierto es que los grandes del Viejo Continente siguen inmersos en una frenética espiral que afecta indirectamente los intereses del Baskonia, que asiste impotente a este mareante baile de cifras y aguarda agazapado su hora.