barcelona. El Barcelona espera cerrar hoy la serie final en la Ciudad Condal con un 2-0 y viajar a Bilbao a la búsqueda del título de la ACB, después de haber asestado el pasado jueves el primer golpe al Bizkaia Bilbao, al que derrotó sin mucha oposición. El equipo catalán cuajó un soberbio partido, especialmente en los primeros cuartos, con un recital defensivo, en particular del pívot esloveno Erazem Lorbek, autor de 24 puntos, gracias a un extraordinario nivel de acierto.
El entrenador griego del rocoso equipo vasco, Fotis Katsikaris, se quejó al final del duelo de que su equipo no puede vivir con éxito por debajo de la intensidad que le exige, que dio como resultado que el Barcelona atropellase al Bilbao Basket hasta alcanzar una máxima de 24 puntos. En el último cuarto apareció la mejor versión de los hombres de negro, con un nervio no visto hasta entonces, pero a la postre ya inservible porque el encuentro estaba prácticamente decidido para los barcelonistas.
El Regal Barcelona tomó nota del potencial que puede alcanzar su rival, sin nada que perder, cuando se esfuerza al límite, como ocurrió en el último cuarto. Ya lo había demostrado en la fase regular en el Palau, cuando, tras ir con ventaja larga, al final sucumbió contra el equipo vasco en la prórroga (78-83), y el jueves el marcador quedó en un 74-64 que no evidenció lo que pasó durante el partido, pero que sí pone de manifiesto que los golpes de genio del Bilbao Basket le pueden llevar a dar la vuelta al marcador.
Ante esta situación, que ya destacó el preparador blaugrana, Xavi Pascual, al Barcelona sólo le queda marcar una hoja de ruta como en el asalto inaugural, en el que desde el primer minuto infligió una presión defensiva asfixiante que motivó numerosos errores en el pase a su rival, contó con un juego interior certero y lideró el rebote.
Con un Erazem Lorbek destacadísimo, al lado de un Juan Carlos Navarro y Alan Anderson atrevidos en el lanzamiento, y con unos potentes Ndong y Perovic bajo el aro, el Barcelona está decidido a no conceder ni un atisbo de esperanza a los vizcaínos, como sucedió el año pasado, cuando en la final el Baskonia se llevó el título por 3-0 ante un Barça favorito que llegó a la lucha por el título con la Euroliga bajo el brazo.