Vitoria. Lejos parecen quedar ya los días en los que Lior Eliyahu sufría cada vez que saltaba al parqué. La pubalgia que ha lastrado la mayor parte de su temporada se desvaneció ayer de un soplido, porque una jugada como la que completó el israelí para colocar un casi definitivo 60-54 en el marcador no puede ejecutarse con dolor. El balón se perdió a mitad de cancha y él cruzó la línea para recogerlo. Miró a su alrededor pero no encontró una línea de pase clara. Marcelinho Huertas se acercó a pedirle el balón, pero Lior ya había previsualizado la acción que iba a acometer. Ni corto ni perezoso, dio el primer paso hacia la que fue sin duda una de sus mejores canastas de la temporada. No le importó tener enfrente a Felipe Reyes. Eliyahu le encaró con la confianza que le convirtió en un ídolo en Tel Aviv. Izquierda, derecha, reverso sobre la marcha, entrada a canasta como un rayo... y dos puntos que levantaron de su asiento a un público entregado con el ala-pívot hebreo. Faltaban menos de tres minutos para el final, y el Buesa Arena aplaudía a un jugador que hasta ahora sólo había mostrado su calidad en destellos.

De los diez puntos anotados ayer por el antiguo jugador del Maccabi, seis de ellos fueron en el último cuarto, cuando Dusko Ivanovic optó por depositar su confianza en él y obligar a Teletovic a contemplar tan decisivos minutos desde el banquillo. Su estadística final no pudo ser más engañosa: cuatro escasos puntos de valoración. Ni un rebote, ni una asistencia, ni un mísero balón recuperado. Sólo diez puntos y tres faltas cometidas. Pero el hebreo nunca había sido tan resolutivo como ayer, quizá con la única excepción del primer duelo del Top 16 de la Euroliga ante la Cibona de Zagreb.

Aunque él parecía no conformarse con poner sobre la mesa su enorme potencial anotador, porque incluso se permitió el lujo de endurecer su defensa, especialmente cuando tuvo a Reyes como par. En Madrid no hubo manera de que ni él ni su compañero bosnio fueran capaces de contener tanto al pívot cordobés como a un Tomic que ayer acabó con valoración negativa, pero sobre el parqué del pabellón de Zurbano todo cambió. Hasta fue capaz de agradar a su exigente entrenador. "Lior ha hecho un gran trabajo ofensivo, e incluso en defensa ha estado bien defendiendo a Felipe Reyes. Junto con Herrmann nos ha dado aire cuando más lo necesitábamos", agradeció Ivanovic tras el partido.

Ahora, sólo toca esperar que el gran papel desplegado ayer por Eliyahu tenga continuidad en la exigente final contra el Barcelona. Con un Teletovic que durante esta serie ha sufrido un bajón en su capacidad anotadora, recuperar al israelí para la causa sería la mejor noticia posible para este Caja Laboral.