En el deporte hay que tener paciencia. Una frase y expresión que siempre tendemos a escuchar, pero que nunca tiende a aplicarse. Es cierto que los resultados mandan en el deporte profesional y si éstos no acompañan, los proyectos tienden a tambalearse.

Sin embargo, siempre se debería tener en cuenta el contexto que rodea a un club, como es el caso del Kutxabank Araski, un equipo que se renueva temporada tras temporada, y donde es difícil mantener los bloques y a sus jugadoras con más calidad.

Una situación que se entiende y se comprende, ya que en el mundo profesional hay muchos transatlánticos contra los que no se puede competir a nivel económico. Aún así, durante varios cursos y a pesar de ver cómo muchas jugadoras se marchaban, el Araski ha estado sustentando sus proyectos en dos grandes jugadoras como Asurmendi, quien llegó en 2019, y en Atkinson, que aterrizó en la capital gasteiztarra en 2021.

Las jugadoras del Araski celebran una canasta durante el derbi disputado en Mendizorroza ante el IDK Euskotren Alex Larretxi

Dos piezas sobre las que han girado muchos proyectos y que han hecho vibrar a los araskizales durante muchos partidos, para vivir grandes éxitos del club vitoriano con varias clasificaciones para la Copa de la Reina o play off.

Sin embargo, este pasado verano fue más drástico que nunca, ya que ambas jugadoras abandonaron el club y fue como empezar de cero, ya que sus galones lo debían adquirir otras jugadoras, algunas recién llegadas y otras que pasaban a convertirse en las veteranas del equipo.

La temporada no empezó bien para el Araski, ya que más allá de los resultados, una de las jugadoras que estaba llamada a echarse el equipo a sus espaldas, Txell Alarcón, se lesionó en su tibia derecha, algo que le impidió coger ritmo desde el principio.

Con la escolta fuera de combate y con el resto del equipo aún acoplándose, la temporada ya estaba en marcha y el Araski fue viendo cómo las jornadas transcurrían y aún su casillero de victorias no se estrenaba. Es más, después de toda una pretemporada y cinco jornadas oficiales, el equipo de Madelén Urieta aún no conocía la victoria y las alarmas empezaron a sonar, y es que el club vitoriano coqueteaba con el descenso.

Alarcón, clave en la reacción del Araski, celebra una canasta con Hill ante el IDK Euskotren.  | FOTO: ALEX LARRETXI

Alarcón, clave en la reacción del Araski, celebra una canasta con Hill ante el IDK Euskotren. | FOTO: ALEX LARRETXI

BUENA QUÍMICA EN EL VESTUARIO

A pesar de esta situación, la entrenadora alavesa siempre comentó que tenía un grupo increíble y único, donde la química entre toda la plantilla era la mejor posible, unos ingredientes que siempre suelen funcionar para que un equipo funcione.

Sin embargo, a partir de este punto, el equipo comenzó a reaccionar y es que después de su visita con victoria al Celta, otro equipo que tampoco se había estrenado, las vitorianas rompieron ese bloqueo mental que no ayudaba, y desde entonces, las de Made han ido mejorando tanto sus prestaciones como sensaciones para conseguir ya hasta cuatro victorias.

Made Urieta da instrucciones durante un partido Pilar Barco

Una situación que ya no solo es que les haya alejado del descenso, sino que les ha hecho soñar con la opción de poder clasificarse para la Copa de la Reina. Ahora mismo, el Ensino ocupa la octava posición con tan solo una victoria más que el Araski.

Aunque eso sí, detrás de las gallegas hay hasta cinco conjuntos con las mismas victorias que las vitorianas. Además, de cara a esta próxima jornada, las de Made reciben al último clasificado, al Bembibre, para intentar lograr la segunda victoria como local y así seguir soñando con ascender en la clasificación.

Esta resurrección vitoriana tiene su lógica, y la más clara es que todas las jugadoras han comprendido desde un primer momento lo que significa el ADN Araski y el carácter que implica no rendirse nunca. La unión en el vestuario también ha ayudado, y es que tanto las jugadoras como el staff técnico nunca han dejado de creer en lo que hacían.

Además, poco a poco se ve cómo las jugadoras van teniendo más conexión entre ellas dentro de la pista, algo que era cuestión de tiempo y que con las recientes victorias han ayudado a que ésta mejore. Por otro lado, el cerebro del equipo, Gretter, comienza a hacer carburar a un equipo que fue capaz de dar la sorpresa en tierras catalanas ante todo un Girona.

Gretter está alternando buenas actuaciones con otras más discretas en este arranque Pilar Barco

Por su parte, Txell Alarcón, después de superar su lesión, también ha adquirido velocidad de crucero para ser una amenaza constante para los rivales, siendo la mejor de su equipo en la última victoria en el derbi ante el Gernika con 21 puntos en su casillero personal.

Lo que está claro es que a diferencia del año pasado, donde el Araski fue de más a menos, este curso va a ser al revés y se va a ir mejorando, y ahora queda por ver dónde está el techo de un equipo que con confianza puede ser un hueso duro de roer para cualquier rival.

La temporada acabará poniendo a cada club en su lugar y el Araski aún debe encontrar el suyo, pero lo cierto es que el equipo ya ha despejado todas las dudas iniciales y ya ha abandonado el infierno para seguramente subir al cielo y volver a hacer disfrutar a unos araskizales que a buen seguro continuarán disfrutando de los éxitos del club vitoriano.