El Kutxabank Araski no pudo vencer este domingo en el Príncipe Felipe en un encuentro trabado y plagado de imprecisiones que tuvo que dirimirse en la prórroga. Pese a todo, el ensayo copero ante el Casademont Zaragoza dejó buenas sensaciones en las filas alavesas no solo por lo ajustado del marcador sino también por la competitividad de las verdes ante el que será su primer rival en la Copa de la Reina.

No empezaron bien las cosas para las de Madelén Urieta, que con tan sol dos minutos disputados tenía que parar el partido para tratar de frenar la escapada de un Casademont Zaragoza que ya ganaba 8-0.

Las locales habían salido como una exhalación, defendiendo con contundencia y atacando con mucho acierto ante un Kutxabank Araski desdibujado. La entrenadora visitante lo tuvo claro y cambió casi por completo el equipo que saltó a pista tras el tiempo muerto.

Las vitorianas lograban su primera canasta aunque el ritmo lo seguía marcando Casademont Zaragoza que con dos triples consecutivos de Vega firmaba un nuevo parcial de 10-0 para poner un escalofriante 18-2 mediado el cuarto.

Pero se dejaron llevar las locales quizás por un exceso de confianza, fallando dos bandejas fáciles y dando aire a las vitorianas, que con dos triples consecutivos lograban maquillar la situación al final del primer cuarto (20-12).

El segundo cuarto resultó mas igualado, sobre todo en imprecisiones. Las locales perdían balones o fallaban canastas fáciles y mientras, el Araski se ponía el mono de faena, apretaba los dientes en defensa y se encomendaba al acierto de Atkinson para mantenerse en el partido, aunque tampoco ella conseguía escapar de esos fallos que arrastraban a ambos equipos y que, por fases, hacían que el marcador se moviese con cuenta gotas.

Van den Adel penetra a canasta Esther Casas

Con todo, y pese a los continuos intentos de Urieta de revertir la situación, las vitorianas no conseguían enjugar diferencias, pero evitaban que la cosa fuese a mayores y se iban al descanso con 30-23 en el luminoso.

El Kutxabank Araski había conseguido su primer propósito, bajar el ritmo del partido, y en ello continuó empleándose en el tercer cuarto, lo que impedía a las locales mover el balón con comodidad y permitía a las vitorianas seguir recortando distancias para colocar el 36-33 a falta de 4:26 para el final del cuarto, obligando al técnico local a pedir tiempo muerto.

A la vuelta, las zaragozanas cambiaban de estrategia y apretaban en defensa, aprovechando los contraataques para firmar un parcial de 9-3 que volvía a poner a las de Urieta en una situación complicada de cara al cuarto decisivo (45-36).

No bajó los brazos el conjunto vitoriano, que con una férrea defensa en zona volvía a generar muchos problemas al equipo local en el inicio del último cuarto. Las vitorianas conseguían secar el ataque local y, con un triple de Atkinson, una bandeja de White y otro lanzamiento de tres convertido por Van den Adel, firmaban un 0-8 que dejaba las diferencias en su mínima expresión (45-44, minuto 33).

Ortiz ponía fin a la sequía local y el partido volvía a trabarse, con imprecisiones de nuevo en los dos equipos y pocas canastas. Así, a un minuto del final el marcador seguía apretado (52-51). El Araski lograba ponerse arriba por primera vez en el partido con dos tiros libres, pero Fiebich conseguía anotar desde la línea de triple para poner el 55-53 en el marcador. Quedaban 29 segundos y Van Den Adel lograba empatar el partido y forzar la prórroga.

Ya en el tiempo extra las canastas seguían siéndoles esquivas a ambos conjuntos y la primera tardó dos minutos en llegar. White anotaba bajo tablero y forzaba la personal, colocando el 55-58, pero el Casademont Zaragoza, mas acertado en la pintura, volvía a darle la vuelta al marcador a falta de un minuto (62-60).

Van den Adel aparecía de nuevo. Una canasta suya y un tiro libre de Alarcón igualaban el marcador a falta de 35 segundos (63-63). Defendió bien el Araski, pero las locales conseguían igualar a seis segundos del final. Atkinson se cruzó la pista para lanzar el triple que pudo ser definitivo pero el balón no tocó aro y el triunfo se quedó en casa.