El Kutxabank Araski consiguió ayer una excelente victoria por 63-58 ante el Casademont Zaragoza para poner la guinda a una semana de dulce. A pesar de que las vitorianas no comenzaron de la mejor manera, con tan solo dos puntos en siete minutos, poco a poco fueron despertando para darle la vuelta al marcador en el tercer cuarto y ya dominar hasta el final. La friolera de 17 puntos llegó a remontar un anfitrión que se creció al amparo de su enardecido público hasta demostrar su vitola de matagigantes.
La escolta Tanaya Atkinson fue la mejor de las locales con 19 puntos, lo que unido a la inestimable ayuda de Chagas (12 puntos) en defensa para frenar a Tate permitió que las vitorianas pudieran frenar a las estrellas mañas. Otra noche para el recuerdo de un grupo que sueña con la Copa de la Reina y ya ha batido este curso a casi todos los grandes.
El Kutxabank Araski volvió a la competición en casa tras la victoria en Girona y lo hizo de nuevo sin Holopainen. Una lesión que provocó por fin el reencuentro entre Laura Pardo y la marea verde.
El encuentro comenzó con dos equipos totalmente distintos. Por un lado, un Araski al que se le notó escaso de energía, mientras que el Zaragoza salió a la pista como un vendaval que se llevó por delante a las vitorianas con tres triples consecutivos. Es más, las locales tan solo pudieron anotar una canasta de dos –por parte de la argentina Burani– en los primeros 7 minutos del encuentro. Algo que aprovecharon las de Carlos Cantero para poner tierra de por medio con una diferencia de hasta 17 puntos. Esa sequía local la cortó Atkinson con un triple para despertar algo a las suyas.
Las de Made intentaron agarrarse al partido y para ello apareció María Asurmendi con un triple que puso a su equipo a nueve puntos (20-29). El conjunto local empezó a despertar desde la defensa para provocar varias pérdidas consecutivas de sus rivales. Los dos últimos minutos del segundo periodo cambiaron la cara al encuentro. Y es que el Araski logró ponerse a tan solo cuatro puntos, gracias a la anotación de Asurmendi, Alarcon y Atkinson. Las vitorianas lo celebraron por todo lo alto y eso fue premonitario de lo que ocurriría más tarde.
Casta y una zona vital
Tras el paso por los vestuarios, el Zaragoza salió con una dinámica similar a la del comienzo del encuentro, es decir, continuó cómodo en ataque, pero el Araski no se rindió e intentó poner su ritmo al partido. Es más, la velada dio un giro rápidamente gracias a un parcial de 7-0. Gracias a un triple de Atkinson, las vitorianas se pusieron por delante por primera vez en el marcador. En este momento, el encuentro estuvo igualado y muestra de ello fueron las canastas de gran calidad por parte de ambos conjuntos.
El Zaragoza pudo soportar los triples del rival durante algunos minutos, pero poco a poco fue cediendo ante el ímpetu local. Es más, el tercer cuarto se cerró con un triple de Asurmendi, que anotó sobre la bocina una suspensión que hizo levantar a todo Mendizorroza de sus asientos.
El comienzo del último periodo estuvo liderado por la local Natalie Van del Adel, y por Tate, del conjunto maño. Las dos mostraron su gran calidad, tanto en ataque como en defensa. Las mañas perdieron confianza en sus tiros y esto fue aprovechado por el conjunto vitoriano para intentar aumentar la distancia en el electrónico.
Los tiros libres fueron entonces protagonistas, ya que gracias a ellos, el Kutxabank Araski se mantuvo por delante a falta de cuatro minutos para el final. Cada balón se peleó como si fuera el último. Las vitorianas continuaron en partido y muestra de ello fue el enésimo triple de María Asurmendi para poner en pie una vez más a la marea verde. El Zaragoza respondió con la misma moneda de inmediato con una Zelnyte que anotaba sus primeros puntos.
Cuando el Araski pudo sentenciar el encuentro, Diarra perdió un balón en ataque que hizo temer lo peor. Sin embargo, en la siguiente jugada el Zaragoza dispuso de hasta cuatro triples consecutivos para igualar la velada, pero ninguna de sus protagonistas estuvo acertada.
Las de Madelen Urieta –que acertó de pleno con su zona 2-3– terminaron por cerrar el partido gracias a una antideportiva en un contraataque que aprovechó Van den Adel con sus dos tiros libres para rematar la velada. Entonces se desató la locura en Mendizorroza, que asistió a la mejor entrada de la temporada y despidió a las suyas como unas auténticas heroínas.