Álava se ha despertado este martes cubierta de polvo. Tanto las calles de la capital alavesa como multitud de pueblos del territorio se han visto afectados por la calima, el polvo rojo que el viento ha traído desde el desierto del Sahara.

Este fenómeno no se producía con esta intensidad desde hacía varias décadas y que se ha dirigido de sur a norte impulsado por los vientos generados por la borrasca Celia. Incluso el cielo se aprecia anaranjado.

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Calima en Vitoria

En principio, el polvo seguirá tiñendo Vitoria y el territorio hasta este miércoles por la noche, cuando se espera que cambie la dirección del viento. Esta situación ha favorecido también la llegada del viento cálido de origen africano, que ha elevado las temperaturas en Gasteiz. En Álava, además, las rachas de viento han alcanzado más de 90 kilómetros por hora.

La calima ha dejado imágenes sorprendentes, como las del Valle Salado, que ha cubierto de rojo las eras de sal. "Por suerte, todavía no estamos en época de producción así que los daños se reducen a limpiar las eras para para cuando llegue el verano", explican desde la Fundación.

Por todo el territorio alavés la calima ha teñido de rojo multitud de pueblos, como se puede apreciar en estas imágenes de Maeztu a cargo de la Asociación de concejos de Álava (ACOA).

La calima, además de degradar la calidad del aire y disminuir la visibilidad, puede afectar a la salud de las personas de manera grave.