La gastronomía alavesa se está haciendo, cada vez más, un hueco entre las más importantes a nivel estatal. Buena prueba de ello proviene de los estudiantes de cocina del territorio, que demuestran su talento y pasión cada día. Entre todas las jóvenes promesas del territorio cabe destacar a Irati Mendoza, de la Escuela de Hostelería de Mendizorrotza, que se ha situado como la única alavesa nominada a los Premios Promesa de la alta cocina que organiza, por décimo año la prestigiosa escuela Le Cordon Bleu.

De entre los 50 seleccionados, solo una alavesa. ¿Cómo se siente al ser única representante del territorio de entre todos los alumnos y alumnas?

Para mí es una oportunidad muy grande representar a Álava, y también para seguir formándome.

Todas las recetas a presentar deberán seguir las mismas pautas, ¿de qué manera se puede hacer destacar un plato que comparte la misma base que los otros 49?

Hay que llevarlo, como diría yo, a tu factor diferenciador, a lo que puede desmarcarte del resto de platos porque, al final, tienen todos el mismo ingrediente. Cada uno le dará su toque más personal, así que existe una amplia gama de variantes que se pueden hacer. Por eso mismo, no tienen por qué repetirse platos aunque partan de la misma base.

Además hay varios premios para quien resulte vencedor.

Sí, para el ganador hay una beca de estudios de 23.000 euros para continuar los estudios en el propio Le Cordon Bleu. Luego también tienen diplomas o cursos a los que puedes acceder, pero todo dentro de la propia escuela para poder continuar nuestra formación.

El premio hace referencia a la alta cocina, ¿qué la diferencia de la gastronomía común?

Se puede llevar la cocina tradicional a la alta cocina, por ejemplo. La alta cocina, al final, es saber utilizar el producto, también los de kilómetro 0. Hay que tener en cuenta qué es lo que quiere el consumidor. Aún así, se puede llevar perfectamente la cocina tradicional a la alta cocina.

Desde su punto de vista, ¿cuál es el detalle más importante a la hora de elaborar cualquier plato?

Lo más importante es que, cada idea que tengas, la vayas exprimiendo al máximo y que no te parezca imposible llevarla a cabo, que las puedas llevar al extremo. Es vital la imaginación y la creatividad, el poder inventarte un plato sin decir que no se puede.

¿De dónde nace su pasión por la cocina?

La verdad es que no tengo ninguna influencia en casa o algún otro sitio por quien pueda decir que me empezó a gustar la cocina. Desde pequeña, más o menos desde los diez o doce años, me ha gustado mucho cocinar, veía a la familia preparar la comida, también veía muchos programas de cocina y me empezó a interesar. Entonces, decidí seguir por ese camino y la verdad que no me arrepiento de nada, es lo mejor que he podido hacer.

A la hora de elaborar los platos, ¿hay ya algún estilo o técnica en concreto que le guste más o continúa experimentando para no cerrarse puertas ?

Justamente ahora me gusta mucho probar técnicas diferentes que le puedan venir bien a los alimentos. Ir probando nuevas cosas. Por ejemplo, como hemos hablado antes, también me gusta la alta cocina o la cocina minimalista. Eso sí, siempre sin dejar de lado la cocina tradicional y los alimentos de toda la vida que nos han ido acompañando, pero intentando darle diferentes toques.

Se encuentra cursando el último año en la Escuela de Hostelería de EH Egibide-Mendizorrotza. ¿Qué tal ha sido la experiencia?

Muy a gusto, súper bien. Es una escuela muy acogedora donde siempre te intentan tratar de forma muy familiar. Yo la recomiendo para todo el mundo que quiera estudiar cocina, no solo para los de aquí, para todas las partes de España.

Echando la vista al futuro, ¿cuál diría que es su sueño? A lo mejor abrir un restaurante en Vitoria o en algún otro lugar del país.

De momento, a corto plazo, me gustaría seguir estudiando. Poder continuar mi formación y llegar a trabajar de esto. Respecto a abrir un restaurante, ese es el sueño para todo cocinero, sin duda. Se hará lo que se pueda, pero con ganas de aprender de los mejores y de seguir formándome.

Hace poco fueron entregadas las nuevas estrellas Michelín, donde solo destacó un restaurante alavés: Marqués de Riscal. Para cambiar esta tendencia, ¿se ve en un futuro ganando una estrella Michelín o algún gran premio de renombre?

Ojalá, si sigo como he estado hasta ahora sí que me veo con posibilidades para ganar. Por qué no intentarlo, es una experiencia y voy a intentar luchar por lo que me gusta.