- La caída de los matrimonios religiosos es el indicador más claro de que existe una nueva tendencia en la forma en que se afianza un compromiso. Las cifras son muy significativas. Hace 20 años, hubo en España 163.000 bodas católicas y en 2020, no llegaron a las diez mil. Sólo una de cada diez bodas en el Estado son religiosas, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Pero en el País Vasco, esta tendencia sigue al alza. Según el último informe elaborado por el Instituto Vasco de Estadística, Eustat, en los tres territorios históricos el porcentaje de las bodas civiles, de personas de distinto sexo, supera el 93%. Y es que tal como adelantó a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA la diócesis de Vitoria, tras la pandemia, el número de parejas que han dejado de pasar por el altar es mayor.

Según Óscar Areitio, responsable del departamento de Familia de la institución eclesial, “son varios los motivos que están favoreciendo esta bajada: el ritmo de vida actual, el estrés, la organización familiar, laboral y social. Vivimos en una cultura muy individualista, que no favorece precisamente las opciones permanentes. Estamos en medio de una cultura que no promueve el amor y la entrega, sino el paso de una relación afectiva a otra”.

Hay otros factores que explican el vertiginoso cambio en la forma de contraer nupcias. Otro de los puntos señalados por Areitio es “la falta de oportunidades de futuro que impide plantearse un proyecto común con vistas a poder construir una familia”. Y es que Euskadi no se queda al margen, ya que en según el informe, en 2020, año en el que se originó la pandemia mundial, los matrimonios descendieron en un 45,7%.

Sea como fuere el motivo real que se esconde detrás de esta bajada significativa, la crisis también ha contribuido a que los jóvenes, entre las dificultades de emancipación, la inseguridad laboral y los bajos salarios, no reúnan las condiciones necesarias para formar un hogar. El 17,5% de las personas de 16 a 29 años que quiere trabajar en Álava no puede hacerlo. Se trata de un colectivo “vulnerable” y uno de los más afectados por las continuas recesiones, caídas y recuperaciones de la economía.

Por ello, otro de los aspectos que también está cambiando es la edad con la que las parejas deciden casarse. Según las estadísticas del Eustat, la edad para contraer matrimonio ha aumentado, dejando de media, los 39 años en hombres y las mujeres, cerca de los 37 años (en uniones heterosexuales).

En este mismo sentido, según detallan en el informe, el gran aumento de las bodas civiles ha tenido como resultado que, desde 2017, en la CAV se hayan celebrado más bodas en viernes que en sábado, siendo la proporción en 2020 de 51,3%.