La semana pasada se conocía el dato de que los delitos sexuales han aumentado más de un 100% en Vitoria en 2021. ¿Qué está sucediendo?

-Se está viendo en los últimos años un aumento preocupante de este tipo de delitos, está claro que algo está fallando, por muchas herramientas que dispongamos para paliar todo esto. Ya da lo mismo a qué franja de edad nos refiramos. Hay gente joven, de edad media, gente adulta...

Según el Ministerio de Igualdad, la violencia psicológica de control afecta a una de cada cuatro chicas de entre 16 y 17 años. ¿Hay un problema específico con la juventud? ¿Quizá es que ahora estos comportamientos tienen más visibilidad?

-Yo creo que probablemente estos comportamientos existen en todas las franjas de edad, pero en gente joven puede ser más visible por las redes sociales. De hecho, una de las frases de nuestra campaña contra los micromachismos es la de que ese tipo de lenguajes muy sutiles, esos discursos que a veces se oyen, parecen normalizados. Es que mi pareja cada poco tiempo me coge el móvil para ver qué es lo que pongo, o me dice que no salga con esa falda porque igual es demasiado corta, o me quiere tanto que es que tiene celos. Debemos hacer un acto de concienciación o de reflexión y hacer ver que por muy normalizado que se perciba, eso no está bien.

¿Pero se puede hablar de una regresión entre nuestra juventud a roles y comportamientos que creíamos que se iban superando?

-No, está claro que no se puede generalizar, probablemente sean los mínimos casos, pero nuestra misión es concienciar de que eso no está bien, y mas en días como el 25-N.

Como dice, la Diputación ha centrado sus acciones en los micromachismos con motivo de esa campaña del 25-N. ¿Cómo se puede combatir algo tan interiorizado en la sociedad?

-Sobre todo se trata de tomar conciencia de que esos micromachismos existen. A veces relacionamos la violencia machista con la violencia mas extrema, la violencia física o psicológica, pero en el día a día, y quizá porque lo hemos ido normalizando, existen todavía ese tipo de relaciones que no son sanas. Hemos dividido la campaña en cuatro ámbitos, el del lenguaje y la comunicación, el de la educación, el de las relaciones interpersonales, lo sexoafectivo; y en el ámbito laboral. Igual estamos acostumbrados a escuchar en nuestro día a día frases muy sutiles que no reconocemos como las violencias que son. La campaña pretende remover las conciencias y dejar claro que esos comportamientos no están bien.

La Diputación ya ha atendido este año a 1.103 víctimas de violencia machista, más que en todo el 2020. ¿Se pide más ayuda que antes? ¿Se sienten las mujeres más protegidas a la hora de denunciar?

-Las mujeres cada vez más se animan a denunciar o acercarse a la institución para recibir ayuda, pero hay gente todavía que no denuncia.

¿No hay confianza en la red institucional y policial de apoyo y protección a las mujeres víctimas de violencia de género para llegar a más casos?

-Nadie tiene que aguantar vejaciones y menosprecios y hay que dar el paso de denunciar, pero tiene que ser la propia persona la que lo dé, de forma voluntaria y consciente, porque es un camino largo y probablemente no fácil, pero siempre será mejor que no hacerlo.

¿Cómo puede ayudar la Diputación a quien se encuentra en esa situación?

-Nuestra dirección se encarga de la sensibilización y la concienciación, ahí entraría más el departamento de Políticas Sociales. Si la cadena de apoyo ha fallado, y por desgracia vemos que falla, Políticas Sociales atiende a la persona y la acompaña en el camino hacia la recuperación. Hay pisos de acogida inmediata o media, pisos tutelados, y se ha avanzado mucho en el trabajo coordinado con Emakunde y el Departamento de Políticas Sociales del Gobierno Vasco, con ayuntamientos y cuadrillas , a través de la Red de Técnicas. En Álava se ha elaborado, en cada cuadrilla, un protocolo de atención a esas víctimas, con varias puertas de entrada a quien denuncia, desde los servicios sociales de base a la comisaría de la Ertzaintza o a través de Osakidetza.

No será lo mismo verse en esa situación en Vitoria o en un pueblo pequeño.

-Por eso son muy importantes esos protocolos y esa coordinación en todo el territorio, más allá de Vitoria. Hay mujeres en municipios pequeños que no quieren ir a los servicios sociales de base porque son lugares en los que se conoce todo el mundo, y prefieren optar por la puerta de Osakidetza o directamente la de la Ertzaintza.

Está pendiente la aprobación del V Plan Foral de Igualdad, ¿Qué novedades debería traer consigo con respecto al anterior?

-Por ahora estamos en la evaluación del IV plan. Hemos enviado unas fichas a cada uno de los departamentos de la Diputación, a personal político y técnico, también se ha trabajado con el Consejo Foral de Igualdad, donde están representados todos los movimientos feministas, y hemos trabajado también con ayuntamientos y cuadrillas a través de la Red de Técnicas. Ahora estamos analizando toda esa información que hemos recopilado, y esa evaluación nos marcará las inquietudes, demandas y expectativas con respecto a ese V plan.

¿Cuáles serán las prioridades en materia de Igualdad en los Presupuestos forales de 2022?

-Los objetivos que nos hemos marcado son la finalización del IV Plan y la elaboración del V que hemos mencionado, pero sobre todo seguir apoyando tanto a los ayuntamientos como a cuadrillas y entidades sin ánimo de lucro para que en Álava, y también en el enclave de Trebiño, se puedan seguir implementando estas políticas de Igualdad.

"Nadie tiene que aguantar vejaciones y menosprecios y hay que dar el paso de denunciar"

"Se está viendo en los últimos años un aumento preocupante de este tipo de delitos"