- El Ayuntamiento de Artziniega ha optado por solicitar también su ingreso en el Consorcio de Aguas de Álava (Urbide), auspiciado por la Diputación alavesa, como ya hiciesen en su día Llodio, Amurrio y Ayala. El objetivo, según explica a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA el alcalde del municipio, Joseba Vivanco, pasa por ceder al ente foral “todo el ciclo integral del agua, tanto la red en alta como en baja”. “Es decir, tanto la que va desde el embalse de Angostina hasta el depósito como la que va desde éste hasta los contadores domiciliarios, incluidos tratamientos, mantenimientos, cobro de tarifas, averías y atención ciudadana”, añade.

La decisión, que fue transmitida primero a la población en una reunión abierta “dada la importancia del tema y la repercusión en el servicio a prestar”, ha venido motivada por la disolución del consorcio comarcal Kantauriko Urkidetza (CAKU), por lo que cada miembro debe tener atado cómo quiere seguir prestando este necesario servicio a su población.

Con todo, no ha sido una decisión tomada a la ligera, sino muy meditada y, principalmente, motivada por que de no entrar en Urbide, el coste de los recibos -ahora en torno a 103 euros anuales por hogar- se triplicaría. “Hace tiempo se venía cuestionando la viabilidad económica futura del CAKU, especialmente cuando las dos grandes depuradoras que se van a construir en Amurrio y Laudio entren en funcionamiento hacia 2026. En septiembre de 2020 se trataron esos futuros escenarios en dos asambleas del CAKU y el 26 de octubre los Ayuntamientos como Artziniega recibimos de imprevisto una comunicación por la que antes del 30 de noviembre debíamos aprobar la disolución del CAKU y nuestra adhesión a Urbide, que aun ni funcionaba”, recuerda Vivanco.

Posteriormente, el 10 de diciembre de 2020, la asamblea general del CAKU aprobó esa disolución y la mayoría de las entidades que lo componían acordaron sumarse a Urbide. Artziniega, en cambio, votó en contra de la disolución y la adhesión a Urbide después de que el pleno del Ayuntamiento pidiera una prórroga de seis meses para estudiar mejor la nueva situación, que le fue denegada. “El Ayuntamiento decidió no adherirse porque entendíamos que se estaban haciendo las cosas deprisa, corriendo, sin razones que lo justificaran y sin tener claro hacia dónde iba un consorcio como Urbide que ni siquiera funcionaba ni prestaba servicio alguno. Queríamos respuestas y no las tuvimos”, aclara el regidor.

Finalmente, el 23 de junio de 2021, la asamblea del CAKU acordó su liquidación y disolución definitiva. Artziniega votó en contra y no se sumó a Urbide. No obstante, durante este 2021, a pesar de la disolución del CAKU, este ha venido prestando sus servicios de abastecimiento de agua de manera normal, hasta que Urbide asuma toda esa gestión, “algo que se dará en 2022”, informa Vivanco, cuyo equipo no ha querido tomar un posicionamiento al respecto hasta tener todos los números sobre la mesa.

Esto ocurrió el pasado 26 de octubre, cuando la asamblea general de Urbide, en la que no está Artziniega, aprobó su ordenanza de tarifas por la prestación de los servicios de abastecimiento de agua a sus usuarios para 2022. “Esa ordenanza recoge lo que va a cobrar tanto a las entidades que estén dentro de Urbide como a las que estén fuera, una de las preguntas que desde el Ayuntamiento de Artziniega se había planteado para tomar una decisión en torno al futuro local de la gestión del agua”, incide el alcalde.

Pues bien, de quedarse fuera de Urbide, Artziniega tendría que pagar a 0,994 euros el metro cúbico de agua, el triple que ahora; de cederle solo la red en alta, como venían haciendo desde 1999 con el CAKU, el precio sería de 0,629 euros el metro cúbico, frente a los 0,391 euros actuales; sin embargo, entrando en Urbide, la de usuarios pagaría menos que lo que viene pagando ahora, “ya que se pagaría por tramos de metros cúbicos consumidos; es decir, hasta diez, a 0,211 euros; de 11 a 42, a 0,422 euros; y de 42 en adelante, a 0,844 euros, facturados trimestralmente”, matiza.

Por ello, el gobierno municipal ha propuesto que el Ayuntamiento pida el ingreso en Urbide y lo haga cediendo tanto la red en alta como en baja. “Esto debería suponer que la tarifa que paguen vecinas y vecinos en el futuro debiera ser menor que ahora, pero también debe quedar claro que al ceder la gestión en baja la atención ya no será cercana; el Ayuntamiento ya no atenderá problemas ni quejas”, apostilla Vivanco.