Septiembre y octubre son meses de amoríos entre los grandes herbívoros que habitan en el bosque, meses de celo, de bramidos y de escarceos, y no sólo para los ciervos, también para otros rumiantes, como los muflones, rebecos, cabras montesas y gamos.

"Lo que sucede es que en Álava, el único ungulado que tenemos es el ciervo y, por tanto, es el primero que se nos viene a la mente", apunta el coordinador de Ataria, Gorka Belamendia. "Es una época inconfundible por esos profundos ronquidos que dejan oír los ciervos, esa brama y entrechocar de sus cuernas en el humedal", añade. Octubre es tiempo de berrea en Salburua y, como tal, se ha vivido este año en el centro de interpretación de la naturaleza de Vitoria.

La berrea gusta

La berrea gusta a los vitorianos. "Gusta y gusta mucho. Imagina venir al humedal de Salburua, situarte en la laguna de Arkaute, estar pegada al vallado perimetral de la balsa y tener un macho de ciervo a veinte metros de distancia, un macho de dos metros largo, un macho de 150 o 200 kilos de peso y 125 de altura de lomo y, de repente, empezar a escuchar esos sonidos guturales, profundos, largos, parecidos al mugido de una vaca; esos sonidos que hacen que las ondas sonoras entrechoquen contra tu cuerpo y hagan vibrar todo tu sistema digestivo, es decir, que te muevan el estómago y los intestinos. Es una experiencia inolvidable para una persona que tenga un poco de sensibilidad", explica Belamendia.

Si a esa experiencia se le añade el entrechocar de las cuernas de los machos en plena pelea y el momento de la cópula, cómo el ciervo se acerca muy despacito a la hembra y procede a la monta... Entonces, "las imágenes son de ensueño", resalta.

Se trata de un espectáculo visto este año por las 190 personas que han participado en las visitas que el Centro de Estudios Ambientales (CEA) ha desarrollado con notable "éxito" a la berrea de los ciervos en Salburua. Cuatro actividades, 19 salidas, que comenzaron el 5 de octubre y acabaron el 24. Salidas realizadas a pie y en bici, al inicio y final de la barrea. "En ambos momentos, no sabes si van a estar bramando en una esquina o en otra del humedal, por eso es mejor desplazarse pedaleando, ya que además de ser saludable, te permite acercarte rápidamente hasta el lugar en el que se están formando las manadas", aprecia el coordinador de Ataria.

El resto de la época de berrea, el más álgido, del 12 al 17 de octubre, se llevaron a cabo actividades de mañana y tarde, de martes a domingo, a primera hora y a última, andando y con un aforo limitado a diez personas debido a la pandemia sanitaria.

"Hemos podido atender a 190 personas, que es todo un reto, una maravilla, se han cubierto todas las plazas y si hubiésemos ampliado a veinte participantes, que es nuestro aforo normal sin covid, también hubiéramos llenado", valora Belamendia.

Un auténtico lujazo

No obstante, este año, al ser grupos más pequeños, han podido disfrutar más de cerca de las explicaciones del biólogo Josu Gálvez, de Consultora de Recursos Naturales, encargado de dirigir las salidas, de desgranar al público los secretos de los ciervos, sus rasgos biológicos y los momentos más mágicos de la berrea. "Es un auténtico lujazo para diez personas", subraya el coordinador de Ataria.

Entre los asistentes hay de todo, un variopinto perfil, desde niños a personas mayores, pero el perfil medio es de hombres y mujeres de 35 a 45 años, esto es, familias con menores de 10 años. "Se sorprenden todos porque adaptamos las explicaciones a lo más pequeños, pero padres y madres son los más sorprendidos", aprecia Belamendia.

¿Por qué? "Porque cogen en sus manos una cuerna de ciervo, oportunidad que muchas personas no han tenido nunca, entonces se dan cuenta del peso que tiene... Imagina las risas al colocársela en la cabeza y pensar en tener que llevarla siempre encima", rememora.

La población de ciervos es estable en Salburua, entre 160 y 180 ejemplares, en su gran mayoría hembras y unos treinta machos, encargados de formar los distintos harenes. Es el número óptimo para el humedal, como ya se estableció en 1998, puesto que "el espacio no es infinito", aclara Belamendia. Octubre es el mes de la berrea en Salburua porque habita el ciervo europeo, no el hispánico, como en el Gorbea, donde la época de celo se adelanta a septiembre, unos diez días, aproximadamente.

Periodo de gestación

A partir de ahora, concluido el ritual de la berrea, comienza el periodo de gestación de las hembras, entre 180 y 190 días hasta que en mayo nazcan medio centenar de bambis ya que, a pesar de que los machos cubren a todas las hembras, son entre un 80 y 90% las que se quedan preñadas, y no todas logran completar su gestación. No hay que olvidar, además, que la de Salburua es una cabaña de ciervos gestionada, para que no se dispare el número de ejemplares.

la experiencia, gusta

Los visitantes parten de Ataria para observar la berrea de los ciervos. Tras una bienvenida y breve comentario sobre el contenido de la visita, bien abrigados y en silencio, evitando gritos y aspavientos se encaminan hasta la manada. A un kilómetro de distancia de los ciervos ya comienzan a escucharse los roncos bramidos de los machos y, una vez en su espacio de celo, el monitor deja a los participantes un momento de tranquilidad y sosiego para observar y hasta oler el entorno.

Si hay suerte, y este año la ha habido, empiezan a disfrutar de las peleas y persecuciones entre machos y a disparar sus cámaras para plasmar memorables instantáneas. Fotografían las luchas entre los machos de la manada, el dilatar de su cuello, que aumenta de volumen para generar una mayor capacidad de resonancia que estalla, finalmente, en un ronco y característico bramido. Luego, a su regreso al centro de interpretación de la naturaleza se les muestran las alucinantes cuernas de los ciervos, sus excrementos y huellas en escayola. Para concluir la actividad, los asistentes valoran lo visto, oído y sentido y resuelven dudas. "La experiencia les gusta mucho", aplaude Belamendia.

Con todo, para no generar falsas expectativas, recuerda que ni los ciervos están contratados ni atados de una pata, y que, en ocasiones, no les apetece bramar, siempre se cuenta con esa incertidumbre. "Nosotros buscamos los momentos álgidos de la berrea, pero la naturaleza es caprichosa y actúa como le da la gana; hay posibilidad de ver la berrea o de no verla". Y este año, se ha visto.

Ciervos en Salburua

En el humedal de Salburua viven de 160 a 180 ciervos, en su mayoría hembras y unos 30 machos, encargados de formar los harenes. Es el número óptimo para dicho espacio. Tras la berrea y gestación, en mayo nacerán de 50 a 60 bambis.