34 familias han cuidado durante el verano el huerto ecológico de la escuela Errekabarri en el que alumnos y profesores se afanan durante el curso escolar. La iniciativa de la asociación de padres y madres ha sido todo un éxito, según Haizea, la presidenta de la AMPA. "La verdad que la idea ha tenido muy buena acogida para ser la primera vez y teniendo en cuenta que en verano muchas familias no están en Vitoria", señala.

La iniciativa se puso en marcha porque, con las vacaciones estivales, los profesores se iban y las aulas se cerraban, así que algo había que hacer para evitar que se fueran al traste todos los frutos del curso. Además, en verano, el huerto es cuando más rico está. Tomates, cebollas, fresas, puerros, vainas, maíz, garbanzos... Todo tipo de verduras y flores, en función de la temporada. "¡Menuda huerta tenemos en la escuela!", subraya la AMPA de este centro escolar de Salburua.

Puesta en marcha el curso pasado con el trabajo del alumnado y profesorado, el testigo lo han recogido en época estival padres, madres y hasta abuelos y abuelas, que han acompañado a sus nietos y nietas. En cierta manera, en esta ocasión es "el alumnado quien ha adoptado el papel de los profesores con sus familiares", apunta Haizea. "Quisimos abrir la oportunidad de disfrutar de la huerta en familia, haciendo labores de mantenimiento y recogida de vegetales. Para ello, hicimos turnos, tanto con personas con conocimientos de huerta como sin ellos", explica la AMPA del colegio Errekabarri.

Cada vez son más las escuelas que crean actividades para los niños y niñas enfocadas a que conozcan la naturaleza y a trabajar en equipo, y una de estas actividades son, sin duda, los huertos escolares. Un terreno que puede tener distintas superficies, en las que el alumnado cultiva y recolecta hortalizas, verduras y plantas aromáticas.

En el caso de Errekabarri, el huerto del centro dispone de una caseta para almacenar el material para dar labor a los cultivos, cinco bancales y, alrededor, plantas aromáticas, además de un pequeño humedal. Todo ello con el fin de recuperar la relación con la naturaleza y aprender de dónde proceden los alimentos. "A los niños y niñas les gusta ver cómo crecen sus plantas y recoger después los frutos", apunta Haizea.

El año que viene, la asociación de padres y madres quiere dar un paso más y ofrecer formación a las familias sobre el cuidado de este huerto escolar.

Para el Ayuntamiento de Vitoria, los huertos escolares constituyen un recurso fundamental para los centros educativos. Mejoran el desarrollo psicomotriz de los escolares, generan un espacio didáctico relajado y distendido, favorecen las propuesta intergeneracionales y familiares e impulsan el trabajo de la comunidad escolar en conjunto, además de que valorizan el espacio escolar, el verde en la escuela.

Hoy en día existen soluciones que se adaptan a cualquier tipo de espacio. "Lo importante es elegir la mejor opción y sacarle el máximo provecho didáctico", aboga el Centro de Estudios Ambientales (CEA). Este organismo municipal apoya las iniciativas de huerto escolar mediante una asesoría técnica y otra de subvención. Asimismo, facilita a los centros conocimientos e información personalizada sobre las posibles alternativas de huerto escolar que pueden desarrollarse en cada caso, según explica el Ayuntamiento gasteiztarra.

Juegos. Otra de las iniciativas del colegio Errekabarri, la del patio "soñado" va tomando forma. En junio se instalaron tres módulos de juegos termoplásticos: uno de baile, otro de salto y un circuito con múltiples retos. Los dos primeros se colocaron en el patio principal y el último en el de Educación infantil. La finalidad de estos equipamientos es promover la movilidad activa del alumnado, y de manera equitativa entre niñas y niños, subraya la AMPA del centro. Los módulos se unen así a las estructuras de mimbres vivos que instalaron el año pasado y que se orientan también a promover el juego libre, diverso y en contacto con la naturaleza, aduce la asociación de padres y madres.