Aunque la celebración de las fiestas gasteiztarras sean, por segundo año consecutivo, bastante diferente a lo habitual, cientos de vitorianos han tomado las calles, no muchos vestidos de blusas y neskas, para conmemorar el día de La Blanca en el corazón de la ciudad.

Pero no son los únicos. Es más, la plaza de la Virgen Blanca ha transcurrido la mañana acompañada de muchos turistas que han querido aprovechar que el buen tiempo se ha asomado este jueves, con previsión de llegar hasta los 30ºC de máxima.

Desde grupos de 20 o 25 personas que escuchan atentamente a los guías turísticos que explican la historia de la ciudad, los que callejean por el Casco Viejo en busca de una terraza donde tomarse los brebajes para aguantar el resto del día, hasta los más fotogénicos, que han hecho de la escultura vegetal de Vitoria su escenario favorito para recordar el día de La Blanca.

En contraste, decenas de blusas y neskas se han agrupado en la escalinata de San Miguel para visitar a la patrona de Gasteiz y realizar la tradicional ofrenda floral.

Eso sí, para evitar que haya aglomeraciones, un control policial previo ha asegurado que la distancia de seguridad y las medidas vigentes se respete frente a la hornacina de la Virgen Blanca.