La concejala de Seguridad del Ayuntamiento de Vitoria, Marian Gutiérrez, analiza en esta entrevista los casos de delitos de odio registrados en las últimas semanas en la ciudad y también hace un repaso y una valoración sobre los dispositivos y protocolos llevados a cabo por parte de la Policía Local durante el inicio de la pandemia.

La pandemia no solo ha puesto en jaque la sanidad, ha afectado a otros sectores de la sociedad y ha puesto en el punto de mira la actuación de las policías para garantizar el cumplimiento de los protocolos, eso ha generado tensiones sociales derivadas en agresiones muchas veces. ¿La policía local estaba preparada para asumir la gestión de seguridad de esta magnitud?

-No es tanto que la Policía Local pueda estar preparada o no, que lo está, obviamente, sino que hay un elemento que para mí es fundamental y es muy importante y es recalcar que en este tipo de actuaciones la Policía Local no actúa sola. Y digo que esto es fundamental, porque en este tipo de situaciones, la coordinación, la cooperación y la colaboración con la Ertzaintza es importantísima. Eso hace que tengamos establecidos diferentes dispositivos que puedan hacer frente a diversas situaciones que se puedan dar, no solamente con lo que ha implicado el tema de la pandemia, sino en situaciones normales, por decirlo así; en otros momentos e incidencias, es una coordinación permanente y ha sido fundamental para que en este año largo que nos ha tocado vivir, en sus diferentes fases y momentos, esa coordinación y colaboración se está viendo que es positiva y necesaria, con resultados importantes.

¿Ha habido que cambiar la forma de trabajo y la manera?

-Nos hemos tenido que adaptar, como lo ha tenido que hacer todo el mundo. Hemos tenido que incorporar elementos de protección que antes no se daban, incluso dentro de la organización de la propia comisaria hemos tenido que establecer turnos diferentes, horarios de salida y de entrada diferentes en lo que es la actuación policial. Quizá lo que ha cambiado también es al tipo de incidencias al que nos enfrentamos. Antes nos dedicábamos más a patrullar por las calles, para detectar, por ejemplo, los tirones de un bolso. Ahora nos hemos tenido que centrar en el hecho de hacer cumplir las medidas sanitarias que a lo largo de la pandemia se han ido aprobando. Evidentemente, eso ha supuesto un esfuerzo importante para la Policía Local.

Algo que parece que está más desatado o en el punto de mira tras la nueva normalidad es el botellón y el ocio nocturno. ¿Cómo trabajan para combatir el botellón?

-En este sentido también estamos coordinados con la Ertzaintza, y tenemos repartida la ciudad. Más o menos tenemos identificadas cuales son las zonas donde previsiblemente se pueden dar botellones y lo que hacemos es una labor preventiva de acudir a esas zonas para comprobar que no se están produciendo botellones y en el caso de encontrarnos con alguno, disolverlo. Si recibimos alguna llamada de teléfono de algún ciudadano denunciando este hecho, se traslada una patrulla y comprobamos si es cierto o no y procedemos a disolver.

La manera de trabajar, entonces, responde a una labor preventiva, pero, tal y como han solicitado diferentes partidos políticos, ¿han realizado algún protocolo más estricto?

-Esta es la labor que realizamos porque nos parece que la labor más importante es la preventiva, intentar que los botellones no se produzcan. Como más o menos sabemos en qué lugares se suelen celebrar, cuando los agentes entran en el turno de noche saben cada día a qué sitio tienen que ir a lo largo del turno de noche para controlar la ciudad y los puntos clave y prevenir que no se produzcan. En caso de encontrar alguno, se disuelve.

¿Está siendo eficaz está medida, es decir, Policía Local ha logrado reducir el número de botellones con la labor preventiva?

-Sí. En los últimos fines de semana no hemos tenido constancia de que se haya producido en la zona que corresponde a Policía Local. En alguna ocasión sí que nos ha llamado el ciudadano y nos hemos desplazado, pero cuando hemos ido no había botellón de ningún tipo. Desconozco los datos de la Ertzaintza. Recuerdo que el botellón está prohibido y nosotros en la medida en que podamos evitar que eso se produzca ahí vamos a estar. Además, el botellón no es un fenómeno nuevo, no surge a raíz de la pandemia. Una vez que las normas más estrictas que nos obligaban a estar en casa se han relajado, la gente lo que ha hecho es volver a las antiguas costumbres.

¿Cómo trabaja la policía para perseguir los puntos de venta donde se suministra alcohol a menores?

-Con diferentes campañas: hacemos campaña de seguimiento, de vigilancia y de control de aquellos establecimientos que tenemos la sospecha de que puedan estar vendiendo alcohol a menores. De hecho, más de 30 personas están con un expediente abierto por esto. Además, precisamente a esto le estamos dando mucha importancia porque el botellón no se puede hacer, pero tampoco se puede vender alcohol a menores y eso se está dando en establecimientos muy concretos. Por eso, lo estamos vigilando y en el momento en el que constatamos que en un establecimiento se está vendiendo alcohol a menores, actuamos.

¿Es Vitoria una ciudad segura?

-Por supuesto que sí. Lo he dicho desde el minuto uno desde que soy concejala de este departamento. En Vitoria también se producen delitos como en el resto de las ciudades, pero digamos que el nivel de delitos de diferentes tipos que se dan en Vitoria está por debajo de otras ciudades. Entiendo que a una víctima si le han entrado a robar a su casa, no le parezca que sea segura. Pero eso se vive desde la experiencia personal, pero en líneas generales Vitoria es una ciudad segura.

Sin embargo, en el último informe del Ministerio de España se informa sobre el aumento significativo de los delitos de odio, y el territorio alavés encabeza la lista.

-Sí, ayer (por el jueves) salió el estudio que se ha hecho desde Interior donde señalaban que Álava era el territorio en el que más delitos de odio se habían producido. La lectura que yo hago es contraria. Vitoria y Álava no son diferentes a otras ciudades y territorios, y por el nivel de población que tenemos tampoco cuadran. La ciudadanía de Álava o Vitoria no es más intolerante que la que hay en Madrid o Sabadell.

¿Entonces qué es lo que está pasando?

-Ocurre que, afortunadamente, la gente cada vez es más consciente de lo que es un delito de odio y cada vez se denuncia más. Y eso permite aflorar un problema que estaba oculto, y que gracias a las denuncias se está pudiendo visibilizar. Antes ocurría lo mismo con la Violencia Machista; cuando se hablaba de eso, nadie sabía lo que era porque la inmensa mayoría de las mujeres que eran agredidas por sus maridos no denunciaban. En el momento en el que se empieza a tomar conciencia, en el momento en el que las mujeres agredidas empiezan a denunciar, aflora algo que existía pero que no era visible. Eso permite conocer la dimensión del problema y permite analizar los factores y los elementos que conforman esa realidad y, además, permiten tomar medidas. Con estos delitos es exactamente lo mismo. Me parece que, si los delitos de odio han comenzado a aflorar, fundamente, es porque las víctimas han comenzado a denunciar, a sabiendas de lo difícil que es hacerlo. Yo quiero animar a que se denuncie, es un paso muy importante.

¿Los agentes locales están preparados para este aumento de delitos de odio y detectarlos a tiempo?

-Sí, el año pasado hicimos una formación en materia LGTBI donde fue una formación básica y obligatoria para todo el cuerpo de policía local y en el que lo primero que se les dio fue pautas para identificar un delito de odio. A veces hay un robo de un bolso, pero además de producir el robo hay otros elementos, como insultar a la víctima por su condición sexual y en esos casos hay que saber detectar que ese delito existe. Así, a la hora de confeccionar la denuncia también somos capaces de reflejarlo para que cuando esa denuncia llegue al juzgado, quienes lo tengan que juzgar, no tengan ninguna duda de que, al margen de un robo, también se ha aparejado un delito de odio. Si no está bien confeccionado el atestado, ese delito de odio se pierde por el camino y no se juzga. Dimos esa formación y este año, en el último trimestre del año, volverá a realizarse otra formación, que ya no será básica, será mucho más especializada y dirigida precisamente a los ámbitos de policía local más tienen que ver con la identificación de delitos de odio.

¿Será una formación obligatoria?

-En esta ocasión no, será voluntaria, pero en el curso anterior obligatorio, a los participantes se les hizo una encuesta y la valoración fue francamente buena. Entiendo que si la valoración fue tan alta, significa que les interesó y les gustó, así que espero que en esta segunda fase estén animados también a participar. También seguimos haciendo hincapié en la importancia de denunciar y animamos a los ciudadanos a que denuncien, es necesario que salga a la luz para que nos permita trabajar en medidas.

¿En qué situación se encuentra Vitoria con el problema de Violencia de Género?

-No tiene datos alarmantes. Cuando se decretó el primer Estado de Alarma y nos mandaron a todos a casa tuvimos miedo. Nos encontramos en una situación en la que la víctima iba a estar 24 horas al día conviviendo con su agresor encerrada en casa y muchas veces sin posibilidad de poder denunciar o pedir ayuda. Eso nos preocupó mucho por eso realizamos diferentes campañas. Por ejemplo, en una de ellas realizamos un vídeo silencioso para que cualquier víctima supiera cómo ponerse en contacto con la policía si era víctima. Tuvimos miedo, pero, afortunadamente, los datos no se dispararon. Seguimos en unos niveles normales, no ha habido grandes picos hacia arriba, ha mantenido una tendencia plana, se ha mantenido estable.

En cuanto a los delitos contra la libertad sexual, el otro día en comisión explicó que se habían elevado de doce a 17 casos, es decir, en cinco casos más. ¿Qué protocolos activa el departamento de Seguridad para este tipo de violencia contra la mujer?

-Trabajamos mucho la labor preventiva en este aspecto también. La gente tiende a concentrarse en los mismos sitios. Lo hemos estado viendo, ha habido unos fines de semana donde la gente se ha concentrado en Portal del Rey, o en ciertas calles de Vitoria. Es ahí donde reforzamos las labores preventivas. También tengo que recordar que esta prevención y la presencia la hacemos junto con la Ertzaintza. Hay gente que se queja que no ve a la policía en la calle, pero sí, sí hay policía, tenemos a muchos agentes de paisano valorando la situación. En el momento en el que se detecta algo, se da el aviso.

¿Cómo es esa coordinación con la Ertzaintza?

-Permanente. Es decir, hay reuniones periódicas en las que se van analizando los diferentes temas que van saliendo encima de la mesa. Por ejemplo, cuando el LABI detecta nuevas medidas, automáticamente coordinamos las medidas. La coordinación es continua con reuniones periódicas y se debaten diferentes cuestiones y temas.

¿Realizarán en coordinación algún dispositivo especial para las fechas de La Blanca?

-Sí, habrá un dispositivo de seguridad especial. Habrá cerca de 54 ertzainas y 28 policías locales en la plaza, más todas las patrullas que estarán en el resto de la ciudad. Pondremos especial énfasis en las noches para evitar que se produzcan aglomeraciones e incidentes. Reforzaremos la presencia policial en el Casco Viejo, en colaboración con la Ertzaintza.

Por otro lado, en cuanto a número de agentes, ¿se ampliará con 11 puestos más o han ampliado la OPE unificada?

-Se ampliará más. De hecho, se está realizando ahora la OPE, es unificada para toda la policía del País Vasco. En principio, cuando se convocó, nos adherimos y ofrecimos once plazas, pero como tenemos tiempo para poder ampliar y ese tiempo no está cerrado, el número de plazas será mayor, las ampliaremos hasta las 25.

¿Reforzarán también el equipo de bomberos?

-En bomberos hemos terminado ahora la promoción interna y lo que se está debatiendo es hacer la OPE unificada de bomberos. En bomberos tenemos más de 20 números de vacantes y tenemos que tomar la decisión de si nos adherimos a esa OPE unificada de bomberos o si convocamos nosotros. Lo decidiremos pronto.

Pronto, también, realizarán una compra importante de coches híbridos y eléctricos para la policía. Una compra importante y una de las apuestas más fuertes a nivel estatal.

-Sí, son 14 vehículos para las patrullas. Policía Local tiene una flota importante entre furgonetas, coches camuflados sin rotular, motos, bicicletas€ pero de los coches patrullas hemos sacado un renting (el departamento de Hacienda) de 14 vehículos; siete híbridos y siete eléctricos. Creo que somos de las pocas policías, por no decir la única, que va a hacer una apuesta tan sostenible.

Una sociedad que acoge cada vez a más inmigrantes que elevan, a su vez, los delitos de odio, restricciones que acotan libertades€ ¿está la sociedad de Vitoria preparada para todos estos cambios que ya se han dado y que seguirán dándose en los próximos meses?

-El mayor cambió lo vivimos hace un año, cuando surgió la pandemia y de la noche a la mañana nos encontramos con el estado de alarma. Eso fue un cambio brutal en nuestra vida diaria y cotidiana. Ha sido duro, no solamente por el hecho de tener que estar encerrados en casa, por tener la hostelería cerrada, o por la crisis económica, si no especialmente duro por el número de personas que nos han dejado y el número de familias que han tenido que sufrir la pérdida de un ser querido, en una situación en soledad. A pesar de todo eso, yo creo que la sociedad vitoriana ha respondido de manera sobresaliente. Tenemos una sociedad, en líneas generales, muy madura, solidaria y tolerante. En esos momentos tan duros ha habido gente que se ha organizado para ayudar.