El impacto de la pandemia se ha notado, y con mucha intensidad, en el enoturismo en la Denominación de Origen Rioja, al igual que en otras muchas actividades en todo el mundo. En el caso del Rioja, el Consejo Regulador de la Denominación Calificada Rioja encargó el Monitor de Enoturismo, por tercer año consecutivo, y en él queda claro que se ha producido un importante descenso del turismo internacional (del 36,8 % a un 16,9%), tras varios años experimentando un constante crecimiento de su importancia porcentual.

Por su parte, ese descenso de visitantes de otros países, se compensó con una mayor presencia de nacionales, que ocupan el restante 84,1%, fundamentalmente procedentes de los mercados próximos (País Vasco, Navarra, La Rioja, Aragón) y en los principales mercados emisores a nivel estatal, como Madrid y Cataluña, aunque dejando cifras muy inferiores a los de otros ejercicios analizados.

El documento final presentado recoge los resultados obtenidos durante el año 2020, a través del estudio de la oferta y la demanda de enoturismo en la región. Para ello, se realizaron cerca de 3.000 encuestas online y eso ha permitido profundizar en la comprensión de las nuevas necesidades y preferencias de los enoturistas, con el objetivo principal de facilitar la adaptación de las bodegas a un nuevo escenario cargado de incertidumbre. Se destaca el importante esfuerzo de las bodegas para tratar de reponerse a la situación, y poder seguir recibiendo visitantes con todas las garantías de seguridad e higiene.

Para la elaboración del monitor se ha contado con una encuesta dirigida a las bodegas enoturísticas (198) adscritas a la DOC Rioja; otra fuente ha sido una encuesta dirigida a la demanda turística nacional, a través de aquellas personas que han visitado Rioja en los últimos 3 años, y finalmente se ha consultado la información de las Rutas del Vino de Rioja Alta, Rioja Alavesa y Rioja Oriental y páginas web de las bodegas adscritas a la DOC Rioja.

Señala el informe que la pandemia impactó en el enoturismo provocando una caída drástica de la demanda turística en las bodegas cercana al 74%. Esta caída generalizada del número de visitantes se dejó notar en mayor medida en la zona de Rioja Oriental, que ha sufrió el descenso más acusado (81%), mientras que Rioja Alavesa se registró una caída ligeramente más leve (71,9%).

Hasta el estallido de la pandemia en nuestro país, el número de visitas recibidas en las bodegas de la denominación presentaba un ritmo de crecimiento especialmente positivo, habiendo registrado un crecimiento en los últimos tres años del 31,3% lo que, en términos absolutos, supuso un aumento de más de 200.000 visitantes. De hecho, 2020 se presentaba optimista, ya que en febrero hubo un crecimiento del 3,3%, pero todo se paralizó en marzo al declararse el estado de alarma durante la primavera. Como consecuencia de ello, las bodegas de la DOC Rioja permanecieron cerradas al público una media de cinco meses en 2020. Además, una vez dejado atrás el confinamiento, la reapertura de la actividad vino acompañada de numerosas medidas restrictivas enfocadas a reducir el riesgo de contagio de la enfermedad, como el control de los aforos o la reducción drástica del tamaño de grupo en las visitas, que sumadas a las restricciones de movilidad imposibilitaban numerosos desplazamientos desde los principales mercados emisores nacionales e internacionales, provocando que la demanda fuera todavía mucho más reducida en comparación a años anteriores.

En cuanto a la estacionalidad 2020, el 68,3% de los visitantes recibidos en bodegas se concentraron en fines de semana, puentes y días festivos. Los meses del año en los que las bodegas han registrado el mayor número de visitantes fueron agosto (50.085 visitantes) y febrero (42.669 visitantes), justo antes de la declaración del estado de alarma por la pandemia. Los meses de menor afluencia de visitantes en las bodegas de Rioja fueron abril y mayo, durante los cuales se decretó el confinamiento severo de la población.

El medio de transporte más utilizado por los viajeros para llegar a Rioja es el vehículo propio, habiendo sido elegido por el 89,5% de la demanda, lo que supone un aumento de más del 3% respecto a las cifras registradas en 2018. Asimismo, el vehículo alquilado (4,5%) registró un leve ascenso respecto a 2018, en el que era utilizado por el 3,9% de la demanda que visitaba Rioja.

Este cambio en las preferencias de la demanda turística -motivado en gran parte por el miedo al contagio del covid-19-, se observa a su vez en el descenso generalizado en la utilización de medios de transporte colectivos, como puede ser el autobús (elegido por el 7,0% de los viajeros, ha sufrido un descenso del 2% respecto a 2018), el tren (3,1%, lo que supone un descenso del 1,5% frente al 4,6% registrado en 2018) o el avión (utilizado por el 1,8%, un 0,3% menos que en 2018).

El informe señala también que aunque en menor medida, cada vez son más las personas que se desplazan a Rioja caminando (1,4%), en autocaravana (1,3%) en moto (1,1%) y hasta en bicicleta (0,9%) .

El 72,7% de los viajeros que visitaron la DOC Rioja en los últimos años pernoctaron en el destino y la estancia media fue de 3,68 días. Ese porcentaje es importante y demuestra que Rioja cuenta con un porcentaje elevado de personas que deciden pernoctar en el destino, ya que según las últimas cifras registradas por Acevin en el informe anual de perfil de visitantes de las Rutas del Vino de España, tan solo el 62,9% de los enoturistas que visitan las Rutas del Vino de España pernoctan en el destino.

Los municipios más elegidos por los turistas para alojarse cuando visitan la DOC Rioja son los que cuentan con mayor número de infraestructuras de alojamiento: Logroño (elegido por el 39,1% de los turistas), Haro (22,5%) y Laguardia (13,6%), Les siguen en orden de importancia los municipios de Elciego (6,1%), Ezcaray (4,8%) y Santo Domingo de la Calzada (3,5%), todos ellos municipios con una interesante oferta enoturística y complementaria.

Como dato de valor, se reseña que el 72% de los encuestados recibió algún tipo de información acerca de la oferta enoturística en el establecimiento en el que se alojó durante su viaje, lo que indica un alto grado de compromiso por parte de los alojamientos a la hora de promocionar los servicios enoturísticos de las bodegas, aunque cabe destacar que este porcentaje descendió un 5,5% respecto al año 2018.

Rioja Alavesa es la zona más visitada por los viajeros que se han desplazado a la DOC Rioja en los últimos años. Concretamente, un 70,2% de la demanda turística ha manifestado haber visitado esta zona. Le sigue de cerca Rioja Alta con el 66,4% de los viajeros. Rioja Oriental, cuya ruta se ha constituido y certificado recientemente como Ruta del Vino de España, presenta muchas posibilidades de crecimiento teniendo en cuenta el aumento del número de visitantes recibidos en los últimos años.

Se añade que la mayor parte de los turistas visitan varias zonas durante su viaje a Rioja, lo que puede deberse principalmente a los contrastes existentes en la denominación, que invitan a descubrir los diferentes paisajes, tipologías de bodegas, métodos de elaboración, pueblos, tradiciones.

En cuanto a las actividades más demandadas por los turistas y excursionistas son, por este orden, visitar bodegas (realizada por el 78,9% de la demanda), visitar pueblos vitivinícolas (77,8%) y comprar vino (67%). Todas ellas experimentaron un crecimiento notable respecto a las cifras registradas en 2018.

Otras actividades como la degustación de vinos o los maridajes que combinan vino y gastronomía local, son realizadas por aproximadamente la mitad de los visitantes (55,1% y 42,5%, respectivamente) y se mantienen en cifras muy similares a las de 2018. Las actividades entre viñedos han experimentado un leve ascenso cercano al 2%, lo que refleja el interés creciente de los viajeros por la realización de actividades al aire libre.

Por el contrario, las actividades de carácter didáctico realizadas habitualmente en lugares cerrados, como pueden ser la visita a museos del vino (27,4%) o la asistencia a talleres y cursos de cata (13,7%), experimentaron un descenso respecto a 2018. Las fiestas y eventos gastronómicos (14,3%) y las rutas o tours guiados (12,1%) también han sufrido una caída durante este periodo. Cabe destacar que cada visitante realiza una media de 4 actividades enoturísticas distintas durante su viaje a Rioja.

En las 144 localidades que se reparten entre las tres zonas del Rioja hay una amplia diversidad de instalaciones enoturísticas. Desde bodegas de arquitectura contemporánea, algunas de ellas, de carácter espectacular, que han sido diseñadas por los mejores arquitectos del mundo, para que convivan en ellas la actividad fundamental de producción y crianza de los vinos y la actividad turística, cultural y social que gira en torno a la cultura del vino en el panorama actual, a bodegas con entorno de viñedos, con la filosofía de château, integradas en el paisaje vitivinícola riojano; bodegas centenarias con una amplia tradición y prestigio que fueron diseñadas y concebidas única y exclusivamente para elaborar grandes vinos y que están realizando en los últimos años una importante apuesta por el enoturismo, dando a conocer su historia y valores; bodegas familiares, que ofrecen un servicio de visita guiada y/o degustación, actividades que son desarrolladas por la propia familia propietaria, lo cual supone un gran valor para el visitante; bodegas con calados históricos, excavadas bajo el suelo en unos casos y en otros construidas al aire libre y recubiertas con posterioridad; bodegas con atractivos singulares, como las que están situadas junto al Camino de Santiago, bodegas que cuentan con una ermita en su entorno de viñedos e incluso en su propia sala de barricas, bodegas que cuentan con un museo propio y bodegas que cuentan con un jardín ampelográfico.

Otros elementos que confieren un gran atractivo turístico a las bodegas de la Denominación Rioja son las infraestructuras y equipamientos turísticos, que en muchos casos tienen entidad propia como tales y complementan la oferta enoturística clásica de las bodegas.

Así, encontramos bodegas con hotel, otras con restaurante abierto al público que ofrecen la posibilidad de comer en la bodega, con un amplio horario de apertura, oferta gastronómica, bodegas con espacios para la organización de eventos dotadas de salas de reuniones, espacios para convenciones, bodas, bautizos, incentivos; bodegas con museo o bodegas con viñedos y casas de viña especialmente preparados para realizar eventos e incentivos disfrutando del paisaje de viñedos.

En Rioja existe una importante trayectoria de las bodegas de Rioja en el enoturismo. De media, las bodegas tienen abiertas sus puertas al público desde hace aproximadamente 14 años. En este sentido, cabe destacar que el 18,2% de las bodegas analizadas llevan abiertas al público más de 20 años. No obstante, Rioja también cuenta con un porcentaje importante de proyectos enoturísticos de reciente creación, concretamente un 22,7% de las bodegas han comenzado con el enoturismo en los últimos 5 años, dato que refuerza el interés creciente de las bodegas.

Los servicios más ofertados por prácticamente la totalidad de las bodegas de la DOC Rioja son la visita a bodega con degustación.

Incremento. Asimismo, el 72,7% ofrece degustaciones de vino y otros productos y el 63,6% de las bodegas ofrecen servicio de eventos y reuniones de empresa. Se destaca que cada vez son más las bodegas que ofrecen actividades y experiencias enoturísticas en el viñedo: actualmente representan un 59,1%, mientras que hace unos años apenas existía la posibilidad de disfrutar de este servicio.

En relación a la posibilidad de comer en las bodegas, destacar que más de la mitad de las bodegas (57,6%) ofrecen este servicio bajo petición y para grupos, mientras que un 15,2% lo hace con un restaurante abierto al público general, una tendencia al alza que está creciendo en los últimos años. Los servicios de alojamiento en bodega son ofertados por un 10,6%.