- Las viviendas de la avenida de Olarizu empiezan a desaparecer gracias a las tareas de derribo que comenzaron la mañana del jueves después de culminar el proceso de desalojo de los últimos okupas de los inmuebles. Ante la mirada de los vecinos y curiosos que se han acercado a la zona, las excavadoras, mazas y camiones de carga han avanzado poco a poco en el derribo de estas 124 viviendas históricas que pertenecieron -en su mayoría- a trabajadores de la empresa de Esmaltaciones.

Ante la expectación suscitada, los vecinos acogen la noticia con sentimientos encontrados. Por un lado, con cierta nostalgia al ver que los edificios que formaron parte de su historia ya no están. Y por otro con alegría por el desalojo de los okupas que provocaban numerosos problemas en el vecindario.

Elías Martín, quien estaba dando un paseo por la zona, piensa que "desde hace tiempo se tenía que haber procedido a derribarlas sin ninguna demora". Pero también valora lo positivo de la situación. "Lo mejor es ganar en tranquilidad. Esto era una guerra continuamente, nadie quisiera tener a la gente que estaba aquí como vecinos, siempre había enfrentamientos y peleas". En la misma línea, Txaro Román expresaba que "por un lado estamos felices de la vida porque había gente que nos daba mucho miedo y por otro lado, mucha pena por que hemos vivido aquí toda la vida".

Esther siente cierto alivio porque, "los vecinos que vivimos enfrente llevamos seis años aguantando sus malos comportamientos, insultos y que aguantar peleas. Los que no podíamos dormir, teníamos que aguantarnos. Esto ha sido una mafia, no tienen conciencia de lo que es la convivencia".

También lamenta que "hayan tardado seis años. Las leyes tendrían que estar al día para no dejar a personas así tantos años viviendo a cuanta de gorra con sus buenos móviles, cobrando la RGI y mientras, los demás trabajando para salir adelante mientras pagamos impuestos".

Muchos son los vecinos que no podían ni asomarse a su propia terraza porque recibían insultos. "Estamos todos los días celebrándolo porque esto es un sin vivir".

Mientras presenciaba la demolición, Juan Luis rememoró todas sus vivencias en uno de los pisos que se están derribando, donde pasó 30 años de su vida. Contó que el único problema que tenían esos edificios es que no tenían ascensor y la mayoría de vecinos eran muy mayores y empezaron a marcharse del barrio a otras zonas "estos pisos no presentaban daños estructurales y los vecinos estaban muy a gusto".

Juan Luis piensa que se lo que tenían que haber hecho es una pequeña reforma y ofrecer unos pisos a los estudiantes ya que la zona universitaria está cerca o para "la gente joven que no puede acceder a una vivienda porque es muy cara. No las hubiesen tenido que tirar".

José Luis considera que no se deberían construir más viviendas. "La zona de Olarizu es de naturaleza, no deberían dejar entrar nuevas construcciones porque están ahogando toda la zona".

Este era uno de los objetivos marcados por el gabinete Urtaran para terminar con el fenómeno de la okupación en diferentes zonas de la capital alavesa. La tarea se extendió durante siete años, desde que comenzaron las primeras ocupaciones ilegales de los pisos hasta que el pasado martes 8 de junio que se vaciaron los últimos tres inmuebles okupados.

Una vez se termine el proceso, el Ayuntamiento de la capital alavesa prepara una regeneración de la zona con la construcción de 356 viviendas libres y de precio tasado. No se contempla edificar pisos de alquiler social.

"Por un lado estamos felices y por otro con pena porque hemos vivido aquí toda la vida"

Vecina de la zona

"Los vecinos llevábamos seis años aguantando sus malos comportamientos"

Vecina de la zona

"Los pisos se podían haber rehabilitado y entregado con fines sociales"

Vecino de la zona

"Tenían que haber hecho una pequeña reforma y ofrecer los pisos a los estudiantes"

Antiguo vecino de uno de los pisos

"No deberían dejar entrar nuevas construcciones, están ahogando la zona"

Vecino de la zona