- Mientras que para muchas personas estos días de Semana Santa han supuesto un tiempo de ocio y de disfrute a pesar de las restricciones, para otros, los servicios de emergencia, han supuesto una sobrecarga de trabajo, bien por las imprudencias de algunos o por accidentes de otros. Desde el pasado jueves, los Bomberos de Álava, la Ertzaintza y sus helicópteros y los servicios sanitarios han sufrido un sinvivir en el territorio alavés por los numerosos accidentes que han requerido su presencia. Hasta nueve intervenciones de emergencia habían registrado hasta ayer los grupos de emergencia.

En Antoñana, en la cascada de Aguaque, un montañero sufrió un tropezón y tuvo que ser rescatado y trasladado, ya que no podía seguir por su propio pie. Otro tanto le pasó a un ciclista en el Alto del Castillo: circulando por una complicada pista llena de piedras sufrió una caída y hubo de ser atendido y trasladado por los servicios de emergencia. En similares circunstancias se encontró otro ciclista en Maroño, que sufrió una caída en una senda montañera. Otro sufrió la irresponsabilidad de alguno en la carretera A-3302, ya que una mancha de gasoil de hizo patinar y caer en una rotonda.

Los escaladores también echaron mano de los servicios de emergencia. En Villanueva de Valdegovía uno de ellos cayó y resultó herido en una pierna. Otro tuvo que ser rescatado en Sierra Salvada, herido y perdido, y un paseante fue localizado en el Azkorri, tras sufrir un problema de salud que le impedía continuar la marcha. En Kuartango, unas personas se extraviaron en la zona de Los Cotorricos, pero fueron localizados y trasladados a un lugar seguro. Por último, ayer fue rescatada una persona con rotura de tibia y peroné en el monte Burubio.