El gobierno foral PNV-PSE defiende la política que se está llevando a cabo en el territorio y aboga por seguir trabajando y extender este modelo para que todos los núcleos urbanos dispongan de una red de agua de buena calidad. Así ha quedado claro esta mañana en las Juntas al salir adelante la propuesta de jeltzales y socialistas y decaer la de la oposición.

En este sentido, el diputado de Medio Ambiente y Urbanismo, Josean Galera, defiende como pilares fundamentales sanear las deterioradas aguas de Ayala, el plan director del agua y la edificación de las depuradoras de Oion, ya en funcionamiento, y Agurain, en construcción.

También la creación del consorcio Urbide, hoy fruto de las críticas de la oposición, que ha puesto sobre la mesa sus problemas de funcionamiento. Consideran PP y EH Bildu, los más críticos con este órgano, que la Diputación sólo apoya financiera y técnicamente a los pueblos integrados en este organismo, dejando al resto a su suerte.

Galera desmiente este punto e insiste en que su hoja de ruta es invertir más de cien millones de euros en diez años en infraestructuras hidráulicas, y eso es señal de que la Diputación se implica. "Si eso es olvidarse del territorio...", duda del argumento de la oposición.

Además, insiste el diputado en que el de Urbide no es el único órgano gestor del agua en Álava que funciona, y cita como ejemplos los consorcios de Zigoitia, Iruña Oka, la entidad mercantil de Rioja Alavesa y Amvisa, que gestiona las aguas de Vitoria.

"No vamos a un consorcio de aguas único. Urbide es otro más, ya que el objetivo es garantizar el ciclo integral del agua en el territorio, y qué mejor garantía que un ente en el que también está la Diputación. ¿Por qué el modelo mancomunado que es bueno para los residuos no es bueno para el agua?", se defiende el diputado.

Dudas sobre su funcionamiento

Para el PP, en cambio, no se sabe a qué se dedica este consorcio, en qué se gasta el dinero ni qué servicios presta. Por ello, propone un servicio que asista financiera y técnicamente a todos los núcleos urbanos alaveses, estén o no adscritos a Urbide. "No se puede obligar a las juntas a sumarse al consorcio Urbide", apunta el juntero Monje.

En palabras de EH Bildu, Urbide es un caserío (cortijo) de la Diputación y del PNV, que se reserva el 30% de la representación y así se asegura prácticamente la mayoría en cualquier decisión. "Los concejos sólo tienen dos opciones: o entran en el consorcio Urbide y tienen ayudas o se quedan fuera y no reciben financiación. Ustedes le llaman a esto colaboración, nosotros, coacción", acusa el procurador Argote.

Elkarrekin Araba, opina, por su parte, que la Diputación y la agencia vasca del agua URA se tienen que implicar en ayudar a los pueblos a gestionar el agua.

Parte de la solución

El PNV defiende el funcionamiento del consorcio de aguas Urbide como parte de la solución al plan integral del agua, como un instrumento que ayuda a 77 núcleos que antes estaban al margen y sin asesoramiento. "Son 77 entidades y pronto se llegará a un centenar", indica el juntero González Muro.

"¿Qué hacemos si no con estas entidades que no tenían amparo?", pregunta a los partidos de la oposición. "Urbide ha sido y es parte de la solución. Nace porque las entidades locales demandaban ayuda y apoyo para gestionar el agua, nadie coacciona a nadie para que se sume a este organismo, ni es un cortijo del PNV", subraya.