- La Cuadrilla de Ayala, en colaboración con Enraíza Derechos, la ONGD que hasta junio de 2020 y durante los últimos 35 años se conocía como Prosalus, ha puesto en marcha un proyecto para diagnosticar el desperdicio de alimentos en los municipios de la comarca, es decir, en Llodio, Amurrio, Ayala, Ar-tziniega y Okondo.

Este proyecto contará con la participación de agentes de reconocido prestigio en la materia y la representación de entidades como Elika Fundación, con el objetivo de identificar los posibles canales de reutilización dentro y fuera de la Cuadrilla y el desarrollo de materiales informativos para todos los actores de la cadena implicados. De este modo, se crearán mesas de trabajo intersectoriales, a través de las cuales se establecerán alianzas y sinergias entre todos los agentes para poder generar un debate sobre los motivos del desperdicio alimentario y buscar estrategias comunes para evitarlo.

De acuerdo con el informe de la organización de naciones unidas para la alimentación y la agricultura (FAO), cerca de un tercio de los alimentos que se producen cada año en el mundo para el consumo humano, aproximadamente 1.300 millones de toneladas, se pierden o desperdician.

Por este motivo, en los años más recientes se ha creado un compromiso global de reducción del desperdicio alimentario a la mitad, para el año 2030, a lo largo de toda la cadena agroalimentaria. Este acuerdo ha sido posible gracias a uno de los objetivos de desarrollo sostenible (ODS), que ha adoptado como propio la UE a través del pacto verde europeo y de la estrategia De la granja a la mesa.

Por todo esto, y para la consecución del objetivo de reducción del desperdicio alimentario a la mitad, es importante realizar un diagnóstico en el que se aborde dónde se produce ese desperdicio alimentario a lo largo de la cadena agroalimentaria y los motivos por los cuales se desperdician alimentos. De esta manera, será posible poder realizar acciones y propuestas de sensibilización que, manteniéndose en el tiempo, puedan generar una reflexión y un cambio de hábitos en las personas que den lugar a un mejor aprovechamiento de los alimentos y, de esta forma, contribuir al cuidado del planeta de una manera sostenible y eficiente.

Este novedoso proyecto va a aplicar la metodología de cuantificación del desperdicio alimentario recomendada por la UE, para favorecer la comparabilidad de resultados con otros estudios. Asimismo, pretende, a través del trabajo conjunto de todas las entidades y personas participantes, sembrar las bases de un trabajo a desarrollar para ser más responsables en nuestros hábitos y compras y a través de ello disminuir el desperdicio de alimentos y sus consecuencias. Es decir, emisiones de CO2 a la atmósfera y huella hídrica, entre otras.