- El portavoz de SOS Ostalaritza reconoce que el "desánimo" cunde entre la hostelería local tras el tercer cierre obligado por la pandemia. "Muchos" profesionales se están planteando ya "cerrar definitivamente" sus negocios y las ayudas económicas prometidas por las instituciones no terminan de llegar.

¿Cómo están los ánimos en el sector después de este tercer cierre obligado?

-La verdad es que el sector está completamente desanimado. Nos sentimos desamparados y hay un sentimiento tanto de rabia como de incomprensión, porque siempre se carga contra el mismo sector. Y vemos que no hay ningún tipo de eficiencia respecto al virus.

Se siguen sintiendo señalados.

-Sí. Cada vez que sale en prensa visual la subida de la tasa de incidencia del virus, siempre aparece detrás la terraza de un local o la puerta de una taberna. No aparece nunca un autobús de línea o un centro comercial. Parece una tontería, pero muchas veces nos hacen asociar aglomeraciones y contagios con hostelería.

¿Qué consecuencias puede tener este nuevo parón sobre la hostelería de Gasteiz?

-Nos consta que en Gasteiz ya han cerrado 40 locales antes de este tercer parón. Estimamos que son 180 familias que se quedan en el paro con una deuda importante, porque tienen que solventar toda la deuda que se han visto obligados a contraer. Y señalamos directamente al Gobierno Vasco, con el señor Urkullu a la cabeza, que no ha sabido ni informarnos a su debido tiempo, ni ha querido hablar con el pequeño sector de la hostelería. Al final, siempre se acaban olvidando del pequeño autónomo y de todos los trabajadores y trabajadoras que siguen en esos ERTE que no acaban de llegar y siguen siendo insuficientes.

Otra de las cosas que no terminan de llegar, al menos al conjunto de solicitantes, son las ayudas económicas que han prometido tanto el propio Gobierno Vasco como el Ayuntamiento de Gasteiz.

-Sí. La gran mayoría de la gente no ha percibido las ayudas, que reiteramos además que son insuficientes. Son pequeñas limosnas que nos dan para intentar acallar un poco las reivindicaciones y, al mismo tiempo, desvirtuar la realidad y que la sociedad piense que tenemos un montón de ayudas. Cosa que es mentira. Cuando te pones a dividir las cifras que ofrecen, no nos llegan absolutamente para nada y no se está atajando el problema de raíz. Vemos que es un problema que necesita de una cuantía económica importante y sabemos que las arcas del Gobierno Vasco podrían atajarlo. Se gasta el dinero en otro tipo de menesteres. Cuatro millones para comprar furgonetas antidisturbios, 15 para coches oficiales, seguimos priorizando autobuses eléctricos y macroproyectos como el TAV... Ahora mismo, la prioridad debe ser salvar los sectores y dejar de destruir empleo, porque el problema luego va a ser muchísimo mayor.

Si esto se prolonga, seguirá habiendo más cierres.

-Sin ninguna duda. Hay muchos compañeros y compañeras que se están planteando cerrar definitivamente porque no pueden hacer frente ni a los gastos que tienen ya diarios, porque cada día que los locales de hostelería están cerrados, es dinero que perdemos. Tenemos que seguir pagando alquileres e impuestos, que los seguimos pagando al 100%, y evidentemente la gente hay un momento que se plantea si volverse a endeudar merece la pena.

Hoy -por ayer- ha tocado sumar fuerzas con numerosos comités de empresa y colectivos en defensa del empleo digno. ¿Esperan que sea un punto de inflexión?

-Sí, desde luego consideramos que va a ser un punto de inflexión importante. Nos hemos aunado un montón de sectores y comités de empresa con diferentes problemáticas a nivel particular, pero que evidentemente tenemos una problemática común, que es la que nos une. Y es que no vamos a permitir la precarización de los puestos de trabajo ni tampoco la destrucción de empleo. Y que vamos a intentar luchar por el futuro de nuestras familias. Esta manifestación no va a ser el final de una lucha. Estamos muy convencidos de que va a ser el comienzo de una lucha común.