- El jueves se cumplió un año exacto desde que el Gaztetxe de Llodio tuvo que ser vaciado, orden de desalojo municipal mediante, con motivo de las obras de mejora que está efectuando el ente foral en el complejo de edificios. La promesa municipal de poder regresar a las instalaciones, que antaño fueron la capilla de los Marqueses de Urquijo, una vez finalice la mejora, es algo que sigue en pie. Sin embargo, que la segunda fase de la obra, la correspondiente al interior de los espacios, se vaya a alargar hasta 2023 y que haya sobre la mesa una decisión institucional de no poder hacer uso de estos hasta entonces, ha provocado esta semana que Laudioko Gazte Asanblada inicie una serie de movilizaciones.

“El miércoles ya avisaron en una reunión abierta que iban a volver a abrir las puertas y el jueves, cuando varios operarios fueron a entrar para llevar a cabo el cambio de unas ventanas, se encontraron con que habían cambiado los bombines de las puertas y no podían acceder”, explicaron ayer a DIARIO NOTICIAS DE ÁLAVA desde el Ayuntamiento. Ayer a la mañana enviaron a los trabajadores de la Brigada municipal, con respaldo de la Policía local, a proceder nuevamente al cambio de bombines para que los trabajadores pudieran continuar con la reforma. “Todo se solventó de manera pacífica. Los jóvenes que se encontraban en el lugar se marcharon y no hubo desalojo alguno. Lógicamente, se levantó acta de lo ocurrido, pero no se quiso identificar a nadie”, subrayaron desde el Consistorio, que no duda que las movilizaciones continuarán.