- Los sarmientos que quedan tras la poda anual de viñedos pueden tener más de una aplicación interesante para los viticultores o para los emprendedores dispuestos a poner en marcha iniciativas empresariales relacionadas con ese resto vegetal que, en su mayor parte, se quema en gigantescas piras.

Hace tres años, Rioja Alavesa fue el lugar donde se llevó a cabo el proyecto Vitibiom: utilización de los sarmientos como recurso de biomasa en Rioja Alavesa, que dirigieron el técnico de Hazi en la comarca, Borja Monge, y Juan Carrasco, director de la empresa Arregi Etxabe. El objetivo principal del proyecto se centraba en la valorización y aprovechamiento energético de la biomasa sobrante proveniente de la poda de cada año en los viñedos de Rioja Alavesa. Para determinar la viabilidad técnica y económica de este aprovechamiento, se creó un equipo de innovación que contó con la colaboración de un buen grupo de viticultores que permitieron la recogida de 25.000 kilos de sarmientos en 22 hectáreas, tanto de cepas tempranillo como viura, y de ellas un 55% de parcelas en vaso y el resto en espaldera, que se almacenaron durante semanas hasta que perdieron buena parte de su humedad. Finalmente, tras su trituración, quedaron 4.500 kilos de pellet y otros 4.500 kilos de astillas de sarmiento, cuyas muestras se enviaron a dos laboratorios para que valoraran la excelencia para el uso que se pretendía, que era la calefacción.

En Rioja Alavesa, los residuos leñosos más importantes son los sarmientos de la vid, ya que además de ser los más abundantes y producir una cantidad similar todos los años, presentan un gran rendimiento en términos de conversión en energía. Anualmente, en esta comarca se genera por este cultivo una cantidad aproximada de biomasa infrautilizada de entre 16.000 y 18.000 toneladas por año, o lo que es lo mismo, alrededor de 1.100 a 1.600 kilos de sarmientos por hectárea, según los tipos de cultivo.

Otra iniciativa (Life sarmiento) ha trabajado para usar los sarmientos para producir un compost orgánico con propiedades bioestimulantes y biofertilizantes, reduciendo las emisiones de CO2 a la atmósfera y contribuyendo así a la mitigación del cambio climático. El proceso de compostaje higieniza y estabiliza la materia orgánica por lo que se obtiene así un sustrato libre de patógenos.