- El patronato de la Fundación Vital designó en diciembre de 2016 al sociólogo vitoriano Jon Urresti como presidente de esta entidad, una de las más importantes de Álava, que ha movilizado cinco millones de euros para atender las necesidades del territorio durante esta pandemia. Una muestra de lo "engrasada" que está su maquinaria.

¿Cómo lleva usted está responsabilidad?

-Con la misma ilusión con la que la empecé hace tres años y medio, aprendiendo día a día, porque estoy en un puesto en el que estás muy a pie de calle y ves la realidad social, que es lo que a mí desde siempre me ha gustado como sociólogo. Francamente, es un honor contar con el apoyo de 14 personalidades del territorio de Álava, que somos las que componemos el patronato, y el de contar con un equipo tractor formado por gente muy joven y dispuesta a hacer lo mejor para la sociedad. Creo que soy una de las personas más afortunadas del mundo porque puedo como ser humano crecer mientras trabajamos puesto que impulsamos proyectos donde más lo necesita el territorio.

¿Qué le ha aportado su trayectoria sociológica a su cargo como presidente de la Fundación Vital?

-Sobre todo el saber que nadie tiene la verdad porque todo el mundo tiene una parte de ella y eso es tener los ojos y los oídos abiertos para esas personas y asociaciones que te vienen a contar sus problemas y necesidades de inversión. Te da ese entendimiento de lo que pasa en la realidad social alavesa.

De este tiempo como presidente, ¿de qué se siente más orgulloso?

-Sobre todo del equipo de la Fundación Vital. Creo que ya vamos a una velocidad de crucero porque aunque lo forma gente de la Fundación Mejora o trabajadores de la antigua Caja Vital y en el fondo es una miscelánea, hemos conseguido trabajar bajo un impulso común. También estoy orgulloso de todos los patronos porque en estos momentos delicados han sabido alinearse muy bien con los principales problemas de la sociedad y se dejan aconsejar por los trabajadores. Así estamos consiguiendo una Fundación Vital que vuelve a brillar en Álava.

¿Qué momento ha sido el más complicado?

-Complicado ha habido varios. Cuando entré en la Fundación, teníamos el gran problema del convento de Betoño, porque se estaba haciendo viejo sin haberse usado después de haberse reformado. Metimos muchas horas, pero se solucionó tras haber encontrado un partner como el Gobierno Vasco, que logró desplazar hasta allí ID Arte. Otro momento complicado ha sido la desaparición de dos personas que han sido las columnas vertebrales de esta Fundación, como Josune (Albizu), que se jubiló, aunque con mucho esfuerzo hemos podido conseguir prácticamente todo lo que hacía ella sola, y Chevi, que llevaba la contabilidad. Pero, sin duda, uno de los momentos más delicados fue cuando desapareció José Félix (Aspizua), un técnico de prestigio brutal en el territorio que cuando se fue, de la noche a la mañana, se quedó su mesa vacía y todo su trabajo extraordinario. Su pérdida fue una herida muy grande.

Ahora la sociedad atraviesa otro momento duro por la pandemia. ¿Hasta qué punto ha trastocado los planes de la Fundación Vital?

-Cuando llega un huracán, como el que nos ha tocado, estamos obligados a cambiar de raíl y de echar para atrás la locomotora, para irte por el camino que realmente se necesita para atender a una emergencia social nunca antes vivida por nuestras generaciones. No hay un manual para saber cómo actuar al respecto y lo que nos ha hecho esto es repensar todo lo que tenemos encima de la mesa y, sobre todo, atender a las urgencias que nos estaban llegando de forma incisiva desde el primer momento. Y como estamos muy a pie de calle, la gente y las asociaciones demandaban esto. A partir de marzo casi todo fue nuevo, aunque pensando siempre en quién lo estaba pasando peor para ponernos en marcha. Por eso lo primero que atendimos fueron las urgencias: compramos 13 respiradores para el HUA, EPI para la Cruz Roja y actuamos también en ayudas especiales mediante la convocatoria de un millón de euros de ayuda a la sociedad. Lo bueno que tiene la Fundación Vital es que es superágil porque aquí, cuando alguien viene con una necesidad, se le atiende rápidamente y prácticamente de hoy para mañana tiene los recursos en su cuenta. En este sentido, el equipo trabajó de forma fabulosa. Ha sido un cambio positivo porque nos hizo reinventarnos todos los días y recapacitar sobre lo que hacíamos.

¿Qué parte ha sido la más complicada de gestionar en esta pandemia?

-No tengo la sensación de haberme ido con un problema a la cama tres días seguidos. Hay muchos que surgían, pero una vez que tomábamos la decisión de que esto no se podía hacer, como el Jaibus, o la Fundación Estadio, cuando había que cerrarla porque estaba todo el mundo confinado. Ante la pregunta de qué hacíamos con sus trabajadores, decidimos que ni ERTE ni echarles, sino dedicarles a las labores de mantenimiento, y eso ha hecho que cuando han llegado los abonados, hayan visto un estadio precioso.

¿De qué manera el covid cambiará la distribución de presupuestos que la Fundación Vital asignará el año que viene?

-Lógicamente la va a cambiar. Desde el punto de vista económico, venía un año excelente y de pronto se truncó por este problema mundial. La Fundación Vital, que está en primera línea de fuego en el tema social, tiene que atender primero las emergencias sociales. En los presupuestos que ya empezamos a elaborar para 2021 va a haber partidas comprometidas para el ámbito de emergencias y el asistencial, mucho más potentes que las de los últimos años y posiblemente se dupliquen o tripliquen. La Fundación va a inyectar una partida importante para aguantar todo lo que pueda venir, como esas personas que puede que se queden en el paro, por desgracia.

¿Qué pasará con el presupuesto para empleo y formación?

-En empleo tenemos un convenio con SEA, mediante EmpleoAraba, que sigue siendo muy fuerte y se mantiene para 2021. También trabajaremos codo con codo con Lanbide. Y en el tema formativo seguiremos y de forma fuerte, para esas personas que se queden en desempleo. Nada va a ser cómo antes.

También para cosas imprevistas la entidad dispone de un fondo de reserva. ¿A cuánto asciende actualmente?

-Fue una decisión que tomó hace ahora cuatro años el patronato para guardar el excedente de la obra social, que ya el año pasado fue de 10 millones. En alguna rueda de prensa dije que éramos como nuestro patrón, prudentes, y decidimos asegurarnos un fondo de por lo menos 40 millones y hasta que no esté completo no vamos a pensar en invertir. Ahora mismo, la cifra de este fondo asciende a casi 30 millones de euros. Y lo guardábamos por si había un terremoto, como la pandemia actual. De hecho, ya estamos cogiendo fondos de él porque hay una obligación del Banco Central Europeo de que los bancos no den dividendo. Y gracias a que tenemos ese colchón, estamos cogiendo una pequeña parte para poder atender esas actuaciones sociales.

¿Y qué pasará con las becas para formación en el extranjero?

-En principio, siguen. Si la gente puede ir al extranjero para estudiar, va a tener la ayuda de la Fundación.

¿Y con la feria agrícola de Navidad?

-Va a haber. Sí que va a tocar feria agrícola de Navidad en Vitoria. La vamos a hacer. Ahora estamos trabajando en ello para adecuarla a las medidas sanitarias, pero la hemos dado una vuelta. Hemos decidido que será una feria más pequeñita, que tendrá su recorrido especial, con un vallado diferente, para que no haya aglomeraciones, y que será solo de productos alaveses. Creo que merece la pena el esfuerzo que vamos a hacer porque es un sector que está sufriendo mucho en esta pandemia. Se han cerrado todas las ferias y el sector no puede vender.

Lo que sí que ha puesto en marcha ya la Fundación Vital son cinco medidas económicas extraordinarias para ayudar a superar las consecuencias del covid, como las ayudas urgentes para la emergencia sanitaria, también ha lanzado la campaña bajo el paraguas de El aplauso más largo, la convocatoria extraordinaria de ayudas de un millón de euros, ha apoyado tanto al pequeño comercio como a la hostelería y recientemente ha creado junto a Kutxabank una línea especial de préstamos para autónomos afectados por el covid. ¿Qué tipo de acogida han tenido?

-La acogida ha sido muy buena. Por ejemplo, los 15.000 bonos para el comercio fueron 456 comercios del territorio los que se apuntaron. La virtud que tenían esos bonos es que las tiendas recibían el dinero por parte de la Fundación de todos los que habían vendido, sin necesidad de que se hayan intercambiado. Hemos movido cerca de 1,4 millones de actividad, por lo que se multiplica por 2,5 lo que esa persona gasta en esa tienda gracias al bono. Y el gran éxito, porque se terminó prácticamente en seis días, fue la ayuda a los autónomos, que a través de nuestro banco les dábamos un crédito de hasta 6.000 euros y de un día a otro prácticamente con su nombre, a tipo de interés cero porque lo pagaba la Fundación. Esto ha movido 3,7 millones de euros. La campaña El aplauso más largo, que recibió un total de 2.385 vídeos de apoyo, lo que supuso cerca de 12.000 segundos de aplausos, logró recaudar un euro por cada segundo aplaudido, y fue destinado íntegramente a abastecer de productos básicos al Banco de Alimentos de Álava.

Aunque la entidad que preside promueve todo tipo de recursos para promover la inclusión, ¿a qué sector no llega actualmente la Fundación Vital y le gustaría llegar?

-A mí me da pena en este momento todo lo que es el deporte base y los que tienen inquietud por el arte y por la restauración de edificios, como la típica torre que se está cayendo, y cuando nos llegan con esas peticiones, les decimos que no es el momento porque ahora tocan las urgencias. Y lo mismo nos pasa con los equipos, a los que surtimos de material. No es que estén olvidados por la Fundación, pero en este momento no podemos acompañarles debido a las emergencias.

"Estamos consiguiendo una Fundación Vital que vuelve a brillar en Álava, gracias al equipo de profesionales y a los miembros del patronato"

"Gracias al fondo de reserva que hemos ido guardando, y que actualmente es de 30 millones de euros, podemos seguir con la obra social"

"Si la situación sanitaria lo permite, habrá en Vitoria feria agrícola de Navidad, pero será más pequeña y solo de productos alaveses"