- Tras casi un mes de retraso de lo que venía siendo habitual, ayer, por fin, el servicio de comedor se puso en marcha en el colegio San Ignacio de la calle Iturritxu de Vitoria. Un primer día de jantoki que empezó con novedades, aunque no de las buenas, tal y como relataron ayer a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA sus trabajadores nada más acabar su jornada laboral.

"Ahora solo tienen una hora para comer, un tiempo que es insuficiente porque entre que se lavan las manos y se sientan, solo tienen entre 30-40 minutos para hacerlo, así que solo le ha dado tiempo al que come bien, porque el que tiene otro ritmo o al que le cuesta más porque no le gusta el plato, apenas ha podido. Además, toda la parte educativa en los comedores está dilapidada con esta reducción porque no te da tiempo a enseñarles hábitos saludables. Es pura supervivencia, pero se trata de que sepan alimentarse no solo de comer", cuenta uno de los monitores del jantoki de Primaria, que actualmente ofrece este servicio a 113 estudiantes de esta etapa educativa.

"Ahora somos cinco trabajadores en total, incluyendo a la del office, la encarga de preparar la comida, que hoy nos ha ayudado, aunque no es su labor, pero, evidentemente, con el personal que somos no es posible atender cómo es debido a todos los grupos burbuja que se han creado para los seis cursos de Primaria", censura.

Otra compañera, pero de Infantil, también comparte todas las declaraciones anteriores. "Este año nosotros también solo tenemos una hora para darles de comer, de 13.30 a 14.30 horas, y ha sido la hecatombe. No sabemos por qué razón hay este recorte porque la dirección no nos aclara nada y desconocemos también si es por algo que tenga que ver con la delegación. Nuestra empresa es Gasca (Gastronomía Cantábrica) y tampoco tiene ni idea si es por una reducción momentánea de la pandemia", declara esta mujer que lleva más de una década empleada en los jantokis, como fija discontinua.

Un tiempo en el que ha visto cómo ha ido bajando el horario de su jornada laboral. "El año pasado nos recortaron media hora, por lo que se quedó en dos horas en total, pero hace un par de años era de dos horas y media", lamenta.

Y eso ha hecho que al final, como destaca, los alumnos sean los grandes agraviados y especialmente, los más pequeños "porque en esa hora se supone que tienes que recoger a los niños en el punto que nos han dicho, que se laven las manos en el único baño que tenemos para los 46 niños en Infantil, y luego procurar que coman entre todas las monitoras que somos y eso que nos han puesto una monitora más de refuerzo este curso, que dentro de lo que cabe nos podemos sentir afortunadas, porque por ratios entrábamos cuatro este curso".

Por tanto, el problema de los trabajadores del comedor del colegio San Ignacio es "básicamente por la falta de tiempo". Lo ideal sería que el comedor durara dos horas, tanto para nosotros, porque nos gustaría mantener nuestra jornada laboral para así poder cumplir con todos los protocolos del covid, y para los alumnos, porque hay que tener en cuenta que el jantoki también es un momento de dispersión para ellos, para que no sea solo comer y volver a clase". No obstante, también les gustaría tener más personal, "porque toda la mano que nos echen siempre es bienvenida".

Así las cosas, los sindicatos ELA, LAB, CCOO y UGT se manifestaron ayer frente a la sede del Gobierno Vasco, en Gasteiz, para hacer de nuevo un llamamiento al consejero de Educación, Jokin Bildarratz, que este pasado viernes anunció que se está ya contratando a más de 500 monitores, "para que deje la vía unilateral y que de una vez por todas se siente a hablar con los representantes de los trabajadoras de comedores escolares", ya que, como expusieron, desde finales del curso pasado e inicio de éste, le han solicitado en reiteradas ocasiones y a las diferentes patronales educativas, que se sentaran con ellos para la organización de unos comedores escolares de calidad y para que garantizasen el mantenimiento del empleo y las condiciones laborales, así como las garantías sanitarias. "A fecha de hoy la única respuesta que hemos tenido ha sido la de la imposición y no diálogo", censuran.

Denuncian también que además de mantener los mismo ratios de cursos anteriores y hacer "caso omiso" a las necesidades actuales en cuanto a grupos estables y espacios, no está garantizando el mantenimiento del empleo ni las condiciones laborales del colectivo y que hay muchas trabajadoras que no han sido llamadas a sus puestos de trabajo. Por eso, han decidido convocar una huelga para los próximos días 21, 27 y 29 de octubre.

"No debemos olvidar que muchos de los niños que utilizan el servicio de comedor es la única comida completa que reciben al día. Por ello, exigimos el respeto que los trabajadores subcontratados en los servicios de comedores escolares de los centros públicos, privados y concertados se merecen, con medidas negociadas y no impuestas", reclaman.