- "Con el Covid-19 he estado muy cansada, siempre soy muy activa; me levanto a las seis, me acuesto a las doce. Pero desde que he caído enferma he estado muy agotada, como si me hubieran dado una gran paliza. Me ha dolido hasta el alma". Esther Iduya, enfermera del Hospital Santiago, comenzó con los primeros síntomas del Covid-19 hace cerca de 13 días y todavía se está recuperando de esta enfermedad aislada en su hogar.

En su caso, desde el primer día empezó con 38 de fiebre y un cansancio "excesivo", dice. Su virus dio la cara un jueves por la noche. Y el viernes por la mañana Esther se fue a trabajar. "Seguía con síntomas de febrícula y malestar, pero me levanté a la mañana y me fui a trabajar", recuerda. El fin de semana su cansancio, fiebre y tos no mejoró. Fue entonces cuando, por decisión propia, decidió ponerse en cuarentena y llamar al teléfono que Osakidetza pone a disposición de todos los afectados. Sin embargo, -"¿si es fin de semana a quién iba a llamar?"- nadie le respondió al otro lado de la línea, por ser sábado o por saturación, "no lo sé".

Así que el lunes volvió al trabajo. "Llegué al hospital a rastras, no me sujetaba en pie y en cuanto entré llamé a Salud Laboral, les conté lo que me pasaba y les dije que me marchaba a casa". Antes de abandonar el hospital, también se puso en contacto con su médico de cabecera, le contó lo que le ocurría y entonces sí, comenzó su fase de aislamiento. Ese mismo día otra médica de cabecera le llamó para informarle de que a partir de ese momento sería ella quién llevaría su caso, "y de vez en cuando me ha llamado por teléfono para preguntarme qué tal evoluciono".

Desde entonces, Esther lleva ocho días aislada en su dormitorio sin salir de ahí para no infectar a su marido y manteniendo ambos las medidas de higiene necesarias. "Todo esto está siendo muy duro. Es terrible esto de estar tan solo. Encontrándote tan mal y tanto tiempo sola no es fácil. Menos mal que existe la telefonía y por lo menos te mantienes unida a los tuyos", opina.

La peor parte de su enfermedad llegó el pasado viernes. "Fue agobiante, me agobié mucho porque me dolía bastante el costado, mi tos empeoró y, al final, llamé a mi médica", explica. De ahí la derivaron a las urgencias del Hospital de Txagorritxu. "Estuve unas cuatro horas allí porque aunque los médicos que vi eran compañeros míos -ha trabajado muchos años en este hospital- miré a mi alrededor y vi a gente mucho peor que yo y quería que me llamaran cuando me tocara mi turno, no antes". Durante esas cuatro horas su cabeza trabajó a gran velocidad y la palabra neumonía se instaló en su mente, tanto que su tensión se disparó. "Al hacerme la placa vieron que mis pulmones estaban limpios. ¡Qué alivio! Realmente, los síntomas que notas son los que te angustian porque estando en el hospital pensaba: no sé en que va a acabar esto. Pero una vez que te dicen todo está bien, el cuerpo se relaja y empiezas como a encontrarte mejor. A veces que alguien esté pendiente de ti alivia mucho porque la angustia de si empeorarás es muy traicionera", dice.

Esther todavía no se ha recuperado del Covid-19 aunque desde Salud Laboral ya le han informado que cuando se encuentre tres días sin síntomas irán para realizarle la prueba y en caso de dar negativo se reincorporará a su puesto de trabajo para atender en primera línea a los afectados.

Pese a lo duro de este virus, Esther volverá al hospital, sin embargo, sin miedo. "Muchos de nosotros hemos caído pero en cuanto nos curamos tenemos que volver, es nuestro trabajo y tenemos que estar ahí para ayudar a todos los enfermos", dice con optimismo. "¿Si nosotros perdemos la calma, que no hará la sociedad", se cuestiona. Por eso, pese al agobio, a los dolores y al cansancio Esther dice que ha mantenido la calma en todo momento, también para tranquilizar a sus familiares. Y asegura que en Euskadi "tenemos un buen equipo médico a nuestra disposición".

De hecho, añade que antes de lo que la ciudadanía se espera "habremos salido de esto". "A las personas que se encuentran mal, les duele la cabeza, o el cuerpo, o la garganta, les diría que mantengan la calma. Tal vez hayan cogido frío, tal vez hayan pasado mala noche. A las personas que tengan esos síntomas y tengan además fiebre les diría también que estén tranquilos. Que de esto se sale. Que se tomen paracetamol, se aíslen y llamen a sus médicos", recomienda. Y puntualiza: "Sólo las personas con patologías previas o personas mayores tienen que ponerse en contacto inmediatamente con el médico para que sean ellos los que les adviertan de cómo proceder y para que cuiden de ellos".

Por otro lado, en el Hospital de Txagorritxu ayer trasladaron a planta a una celadora ingresada en la UCI tras ser contagiada por este virus. En su traslado en camilla hacia la planta, el equipo médico salió al pasillo para entre todos aplaudir y felicitar a esta trabajadora.

"Los síntomas que vas notando son los que más angustian, porque pensaba: no sé en qué va a acabar esto"

Enferma del Hospital Santiago