as horas y jornadas de confinamiento encuentran cada tarde un pequeño resquicio cuando los gasteiztarras se asoman a sus balcones y terrazas para brindar, en forma de aplauso, el reconocimiento al abnegado esfuerzo del personal sanitario contra la pandemia. Empieza también ya a ser una tradición que ese acto se prolongue algunos minutos con una batería de las mas variadas canciones que se escuchan en todos los barrios de Gasteiz y que vienen a ser una especie de rearme moral colectivo para las duras jornadas venideras. Desde Arana a Lakua, en Zabalgana o la zona centro, en Zaramaga, Ariznabarra, Sansomedi o Salburua la obligada cuarentena empieza a tener una banda sonora reconocible.

Cerca de la calle Los Herrán, en la calle Palencia, los vecinos aguardan ya a que den las 20.00 horas para desplegar la salva de aplausos sanitarios. De manera inmediata empieza a sonar la trompeta de un vecino, desde el segundo piso, que sorprende con su variado repertorio. En la jornada del jueves, festividad de San José, no pudo escoger mejor banda sonora que el mítico Hola don Pepito, de los inolvidables Payasos de la tele, Fofo, Gabi y Miliki. Las secuelas de los días de encierro hicieron saltar como un resorte los recuerdos de los más veteranos, que se arrancaron a saludar de un bloque a otro al son del Hola don Pepito; Hola don José. Una atronadora ovación correspondió al detalle del amable trompetista, que no dudó en arrancarse con una segunda pieza. Tocó de pleno la fibra de los alaveses al elegir la no menos célebre habanera La Paloma, firmada por el insigne Sebastián de Iradier. Los aplausos volvieron a sonar al concluir la interpretación, que también llevó a recitar la letra de una de las canciones más versionadas del planeta. El viernes se repitió el pequeño e improvisado concierto con la acertada elección del trompetista del Resistiré del Dúo Dinámico.

Casi sin tiempo para el descanso, otro vecino conectó su equipo de música a todo volumen desde la azotea para que retumbara por todas las calles I want to break free de los británicos Queen. Se cerró el recital con los acordes de Medina Azahara y su Necesito respirar. Esta pieza contiene un estribillo que encaja como un guante en estas jornadas de reclusión obligada, cantado a voz en grito por todos los vecinos como reivindicación: "Necesito respirar, descubrir el aire fresco y decir cada mañana que soy libre como el viento".

En la jornada del sábado volvió a sonar Queen con otra canción legendaria de la banda de Freddy Mercurie, We will rock you, y repitió de nuevo la pieza del Dúo Dinámico, aunque en esta ocasión desde los altavoces del potente equipo de sonido situado en una terraza.

También en otros lugares de Gasteiz esa última hora de la tarde se ha convertido en una sucesión de aplausos y música. En Zabalgana las palmas se simultanean con la música y otro tipo de acciones simbólicos por parte de los vecinos de esta zona del oeste de la ciudad. Junto al obligado reconocimiento a la tarea de los sanitarios contra el Covid-19, la banda sonora de este barrio tiene también piezas como el himno del Alavés tocado desde una de las alturas del conjunto de bloques con componen la urbanización Zaraona, cerca del centro de salud. En esos mismos bloques se puede ver en una terraza una hilera de velas que cada día va sumando una unidad más a modo de recuento de las jornadas consumidas de reclusión en los hogares. Hay también otros vecinos que aprovechan la excepcionalidad de la situación y han recuperado la iluminación navideña, que luce de nuevo colgada del balcón y parpadea durante los minutos que duran los aplausos y el concierto musical.

En la arteria principal de Zabalgana se escuchan los acordes de otra conocida canción de Pirritx eta Porrotx, Maite zaitut, para estrechar unos simbólicos lazos entre los gasteiztarras en estas fechas de privación de pisar la calle. También en el oeste de la ciudad retumba a todo volumen la canción de Ramón Arcusa y Manolo de la Calva, Resistiré. Esta composición, el año 1988, lleva camino de convertirse en el himno oficioso de este periodo de confinamiento por el coronavirus. Más de tres décadas después de su inclusión en el disco En forma, está viviendo una segunda juventud que es del pleno agrado de los dos integrantes del dúo. No es la primera ocasión en la que está pieza salta al primer plano de la actualidad. En 1990 en la película Átame, de Pedro Almodóvar, tuvo su primer pico de popularidad en la inolvidable escena dentro de un coche tarareada por Victoria Abril, Loles León y Antonio Banderas.

La letra es obra de Carlos Toro y también es una canción de invita a la resistencia en colectivos concretos como asociaciones contra el Alzheimer, Parkinson, lucha infantil contra el cáncer o los albergues juveniles. También ha cruzado fronteras esta composición y fue versionada por una formación musical argentina en la dura época de la crisis económica y el corralito del año 2003 vivido en aquel país. A ambos integrantes del Dúo Dinámico está época del estado de alarma les ha pillado en puntos dispares del planeta. Ramón tiene fijada su residencia en Estados Unidos, en Miami, mientras Manuel está recluido en su domicilio de Barcelona junto a su mujer tras superar un reciente ingreso de su pareja, que nada ha tenido que ver con la pandemia. Hace 13 años fue la piedra a la que se agarró el propio manual para superar un cáncer de colon que se le detectó y que logró dejar atrás.

Inédito. Desde que se decretara el estado de alarma y el confinamiento ciudadano, los balcones y las terrazas de Gasteiz se han convertido en altavoces privilegiados desde los que radiar la mejor música. Hay temas concretos que, por sus letras, están triunfando.