MADRID - A falta de poco más de dos meses y medio para inaugurar los vuelos desde Gasteiz hacia Las Palmas y Tenerife, el rector de la aerolínea canaria Binter indica a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA su firme intención de forjar un vínculo estable en el tiempo y caracterizado por un servicio de calidad al pasajero.

¿Todo en marcha para dar comienzo el 1 de abril a la operativa que conectará Gran Canaria y Tenerife con Vitoria?

-Empezó la venta la pasada semana, aunque todavía no tenemos ningún dato concreto por ser un mes como enero y estar recuperándonos de las navidades, y creo que alcanzaremos un nivel de venta bastante elevado. Seguimos trabajando para que estas nuevas conexiones sean un éxito para todos.

¿Cómo surge el interés de Binter por escoger Foronda entre sus puntos de operaciones?

-El pasado año y hace dos empezamos a abrir rutas con la Península, buscando desempeñar un papel en esos lugares de conexión entre puntos que no la tuvieran. Hicimos un estudio amplio de muchas ciudades de España, centrándonos en el interés, desarrollo de la economía y que resultaran atractivas de visitar en ambos destinos. Entre esa tipología de ciudades estaba Vitoria y cuando hemos visto una oportunidad nos hemos lanzado a por ella.

Binter ya vuela a Pamplona, Zaragoza y junto a Vitoria se sumará también Santander este año, ¿no hay riesgo de generar competencia entre ciudades tan cercanas?

-Creemos que puede ser complementario. Dos ciudades como Vitoria y Pamplona son núcleos muy importantes para las que, hasta ahora, desplazarse a Canarias era complicado. En Pamplona nos ha ido bien y en el caso de Vitoria, es cierto que está próxima a Pamplona, pero se ofrece también la oportunidad de entrar por una ciudad y salir por la otra, si los días no convienen. A ello hay que sumar que Vitoria está en una zona interesante con ciudades como Burgos o Logroño, que son potenciales focos de pasajeros.

Este perfil de viajero es gente del norte que está ávida de sol, buen tiempo y calor. Es un factor que ya augura éxito a la ruta.

-El buen tiempo es uno de nuestros valores. Además de sol, también hay otros aspectos interesantes. En el primer viaje a Canarias sorprenden las montañas que tenemos, el interior de las islas. El sol es importante, pero queremos vender más cosas y que los viajeros conozcan todo el potencial que tiene Canarias, y a la inversa. Animo a que todos los viajeros se animen a conocer los recursos que tiene cada una de las islas del archipiélago.

¿El contrato entre VIA y Binter es de un año y con la intención de ser duradera la presencia de la aerolínea operando en Foronda?

-Nuestra intención siempre que abrimos una ruta es la de mantenerla en el tiempo. Somos una línea regular a todos los efectos y no trabajamos con vuelos estacionales. Cuando lanzamos una nueva ruta buscamos la conectividad y eso difícilmente se puede lograr con operaciones que sean intermitentes en el tiempo. Nuestra idea es trabajar en el producto, tras esta fase de lanzamiento y comprobar resultados. Si tuviéramos éxito y fuera bien, porque no crecer. Así ha sucedido en Palma y Vigo donde empezamos con dos frecuencias semanales y ya estamos con la sexta.

De entrada las buenas cifras están aseguradas porque con el anterior operador era el destino estrella.

-Esperamos que sea así. También tenemos que señalar que Binter es un poco distinto del resto. El tipo de producto que vendemos es lo más alejado de un low-cost. Incluimos un menú, el asiento gratis y la facturación de maleta. A todo ello se une la comodidad en los asientos. Suprimimos el asiento central, que no quiere nadie y aportamos una mayor distancia entre asientos. No es el tipo de producto al que los viajeros alaveses pudieran estar acostumbrados pero, por los vuelos que hemos hecho en la Península, todo el cliente que vuela con Binter se sorprende bastante. Nos gusta decir que Binter trata a sus pasajeros como personas.

¿De esa serie de elementos hace Binter su marca distintiva respecto al resto de aerolíneas?

-Confiamos bastante en ello y volar ya es lo suficientemente sacrificado como para que a uno no le traten bien cuando decide viajar con Binter. En los vuelos internos entre islas, a pesar de ser de 30 minutos, el pasajero está acostumbrado a recibir la prensa diaria o una chocolatina para los niños. Cuando apostamos salir fuera, decidimos hacerlo igual porque no se entendería entre nuestra clientela que lo hiciéramos de otra forma. Es un poco arriesgado, pero confiamos en ello y no nos podemos quejar de la respuesta que estamos teniendo con las nuevas rutas abiertas hasta ahora.