vitoria - Con la lección bien aprendida de que más vale prevenir que lamentar, decenas de gasteiztarras accedieron anteayer a la invitación lanzada por la asociación Alcer y el Colegio oficial de farmacéuticos de Álava (COF), que puso a su alcance la realización de varias pruebas totalmente gratuitas para detectar la enfermedad renal, con motivo del Día mundial del riñón. Siete farmacias de la ciudad, como la que gestiona Iñigo Puente en la céntrica calle San Francisco, se sumaron a la iniciativa, que concluyó con éxito a tenor del notable volumen de personas que se acercaron a las boticas. Todavía no se han cuantificado los datos de todas las farmacias, pero en la de Puente fueron un total de 15, con edades generalmente por encima de los 60 años. El boticario mostró ayer su satisfacción por el resultado de la campaña en conversación con este periódico, ya que a su juicio “es importante tomar conciencia de una enfermedad que puedes tener sin saberlo”.

La prueba, dirigida a personas que no tuviesen ninguna enfermedad renal diagnosticada y que, por tanto, buscaba hacer aflorar posibles nuevos casos, consistió en cuatro determinaciones de glucosa, creatinina, presión arterial y medidas antropométricas. “No tuvimos que mandar a nadie al médico”, confirmó Puente, al salir todas las pruebas dentro de parámetros de normalidad. La enfermedad renal es una patología silenciosa, que se manifiesta cuando está en un estadio muy avanzado, y puede ir ligada a otras patologías potencialmente graves como la diabetes o la hipertensión, por lo que la detección precoz es clave para detener su desarrollo.

El nivel de creatinina, uno de los componentes que se analizaron en los test, es un indicador común de la función renal. La medición tanto de la glucosa como la de este compuesto orgánico se realiza con una pequeña punción en un dedo, para extraer una gota de sangre que se deposita en sendas tiras reactivas, tras lo que en unos pocos minutos se obtienen los resultados. Puente alaba la puesta en marcha de este tipo de iniciativas, que facilitan el autocontrol de la salud de una manera rápida y sencilla, sobre todo al realizarse en las farmacias. “Somos mucho más accesibles que ir al centro de salud porque no hace falta pedir cita”, recuerda el profesional, abierto a repetir la experiencia en el futuro.

La insuficiencia renal crónica afecta al 10% de la población general, pero su incidencia aumenta con la edad. Se estima en un 20% entre las personas mayores de 60 años y en un 35% en mayores de 70. Alrededor de 250 pacientes viven en Álava con un riñón trasplantado, mientras que 120 realizan en la actualidad hemodiálisis hospitalaria y 40 más diálisis peritoneal, la que se completa en el domicilio. - C.M.O. / Foto: A. Larretxi