gasteiz - 1964 fue un año de fuerte expansión industrial y de población en Gasteiz. También fue el año de la llegada de la Central Lechera Vitoriana y de la apertura del pequeño polígono industrial de Larragana. Pero 1964 fue, sobre todo, el año de la inauguración oficial de las piscinas de Gamarra. Un acontecimiento social que muchos gasteiztarras guardan en la retina porque al acto acudió Franco, y que la prensa de la época no pasó por alto. Un ejemplo es el titular de ABC de la época: Vitoria posee en Gamarra un gran complejo deportivo. Pues bien, el complejo cumple ahora cincuenta años y el Ayuntamiento lo quiere celebrar con una jornada festiva abierta a todos los vitorianos en la que gastará 30.000 euros.

¡Quién no ha estado alguna vez en el parque de Gamarra! Su historia es la de la infancia en blanco y negro de nuestros padres contada a través de fotografías antiguas que retratan el pasado de la ciudad desde principios de los sesenta, años antes del boato oficial de la apertura, incluso. Por aquel entonces sólo había un pequeño trampolín con una piscina adosada al río Zadorra. El resto eran campas. Sin embargo, con la apertura oficial llegaron las tres piscinas: infantil, familiar y olímpica, intactas durante más de tres décadas hasta la reciente reforma que acometió el exalcalde Alfonso Alonso con el fin de modernizar unas instalaciones que siguen siendo del gusto de la población.

Las primeras oleadas de bañistas alaveses y vizcaínos, sobre todo, guardaban largas colas para acceder al parque. A la entrada, esperaban los municipales, encargados entonces de cobrar la entrada -entre dos y cinco pesetas por persona-, aunque también por vehículo. Han pasado cincuenta años desde aquellos primeros baños y, hoy, en 2014, el Ayuntamiento ha decidido celebrar las bodas de oro de aquella primera playa de Vitoria con la que los gasteiztarras debían conformarse a falta de mar. El gobierno de Javier Maroto negocia con cuatro empresas la organización de esta fiesta de aniversario prevista para el 27 de julio, según recoge el pliego de condiciones del contrato. Un contrato que el pasado miércoles retiró el PP de la mesa de contratación "para estudiar con más detalle", confirma. Un contrato en el que el Ayuntamiento va a gastar 30.000 euros y que, de momento, queda paralizado, pese a que ya había una propuesta técnica de adjudicación, hasta que el ejecutivo popular cierre el contenido de este nuevo acto social. "El objeto de este contrato es organizar una jornada recreativa de conmemoración del 50 aniversario del parque de Gamarra, un acto de celebración abierto a la ciudadanía, con un presupuesto máximo de 30.250 euros", reza el pliego de condiciones.

El parque de Gamarra está al noreste de la ciudad y a día de hoy es una de las mayores instalaciones deportivas y de ocio de Gasteiz, con 186.000 metros cuadrados de terreno. Forma, además, parte del Anillo Verde, de gran valor paisajístico y por su interior discurre el río Zadorra. Todos estos elementos hacen de Gamarra un lugar especial, diferente a las piscinas municipales de otras ciudades, debido principalmente a la amplia superficie de zonas verdes que rodea el área de los bañistas. Prueba de ello son las cerca de 11.000 plantas que forman una línea de seto de casi dos kilómetros. Abundan los fresnos, tilos, plátanos, acacias, arces y piceas. Además, el complejo deportivo dispone de piscinas, pistas de tenis y atletismo, campo de rugby, bar-restaurante y un vanguardista centro social, además de otros servicios. Fuera han quedado otras iniciativas diseñadas en un principio como el embarcadero y el campo de golf. Sin olvidar que todo el proyecto de reforma se vio envuelto en la polémica -al igual que el arreglo de Mendizorroza- por el desfase económico de las obras.

familias modestas El retrato de aquella primera Gamarra es el de los trenes de vía estrecha y autobuses cargados de miles de excursionistas que cada domingo o día de fiesta acudían a las piscinas. Familias enteras de abuelos, padres e hijos que, nevera en mano, acudían a pasar el día y mitigar el calor con un baño. El proyecto de instalaciones deportivas diseñado por el Ayuntamiento arrancó en 1959 y las obras continuaron su desarrollo hasta 1964, fecha en la que se inauguró el complejo deportivo tras una primera fase de las obras. Se empezó por una playa artificial aprovechando el cauce del Zadorra para lo que fue necesaria la limpieza, saneamiento y canalización de ambos lados del río a lo largo de un kilómetro. De esta forma, las familias más modestas de la ciudad, sin posibilidad de veranear en la costa, podían darse un baño. Así se levantó una primera presa y, en vista de la buena acogida popular de esta peculiar piscina con un pequeño trampolín para saltos, comenzó a instalarse en ambos márgenes espacios acondicionados para cocinas, mesas fijas etc. Hasta 1962 no llegó la primera piscina como tal, separada del río y con dimensiones olímpicas, que se construyó gracias al espacioso terreno que el Ayuntamiento había comprado para zona industrial. Más adelante se pensó en los pequeños de la casa y se añadió otra pileta "especialmente dedicada a señoras y niños" -recoge el cronista de ABC de la época-, "de poca profundidad, a fin de que las madres dejasen jugar libremente a sus pequeñuelos". Siguieron los trabajos y ya en 1963, ante el entusiasmo que las instalaciones despertaron en los vitorianos, se construyó la tercera piscina, de 2.500 metros cúbicos y con vestuarios. Con el tiempo llegaron las canchas deportivas de fútbol, balonmano, bolos, la pista de atletismo y los campos de hockey, así como los cuatro frontones. Instalaciones deportivas pensadas todas ellas para los jóvenes de la casa. En definitiva, Gamarra supuso un ambicioso proyecto en el que el Ayuntamiento, presidido entonces por el alcalde, Luis Ibarra, invirtió en una primera fase trece millones de pesetas.

Fiesta de aniversario. El Ayuntamiento celebrará el 27 de julio -en principio- las bodas de oro de las piscinas de Gamarra con una jornada festiva abierta a los vitorianos, que va a costar 30.000 euros.

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Año de la inauguración de las piscinas de Gamarra, a la que acudió Franco acompañado por el alcalde de la ciudad, Luis Ibarra. El complejo disponía entonces de tres piletas, tras un plan de obras que arrancó en 1959, año en el que ya los bañistas disfrutaban de un pequeño trampolín de saltos y una 'playa artificial' adosada al Zadorra.

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De julio. Con motivo de las bodas de oro de aquella primera 'playa' vitoriana, que causó furor entre la clase trabajadora, el Ayuntamiento va a organizar una jornada festiva recreativa abierta a la ciudadanía en la que va a gastar 30.000 euros, prevista para el 27 de julio.

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Millones de pesetas. Son los que invirtió el Ayuntamiento de Vitoria en los años sesenta en la construcción de las piscinas. La primera fase de las obras incluyó las tres piscinas, las canchas deportivas y frontones, y el acondicionamiento de las áreas de esparcimiento con mesas y espacios para cocinar. Para una segunda fase se dejó el velódromo, el restaurante y el puente del Zadorra.

El origen. El plan para construir las piscinas de Gamarra arrancó en 1959, aunque el complejo no se inauguró hasta 1964 con la visita de Franco. El primer paso fue acondicionar el río para adosar al Zadorra una pequeña piscina con un trampolín para saltos. Después llegó la de dimensiones olímpicas, ya separada del río; la familiar y la infantil, pensada para "señoras y niños". Obras que se completaron con las canchas deportivas y frontones, la plantación de árboles, mesas para comer y cocinas.