Homenaje a Fernando Muñoz antes del encuentro Deportivo Alavés-Langreo (1-2)

l miércoles 25 de septiembre de 1963 los diversos medios de comunicación alaveses, dan publicidad a una carta de Fernando Muñoz: “Al dejar los servicios de nuestro querido Deportivo Alavés, después de tantos años vinculado a su plantilla ejerciendo la labor de masajista, quiero agradecer de todo corazón y sinceridad las muestras de simpatía y afecto que he recibido. Siempre estaré agradecido a la afición vitoriana”.

Con la misiva Fernando Muñoz da las gracias a todos los que han brindado su apoyo al homenaje que ha recibido en Mendizorroza, en los instantes previos al encuentro de Segunda División entre Deportivo Alavés y Langreo (1-2), celebrado el 22 de septiembre de 1963. Con los jugadores de ambos equipos y el trío arbitral en el centro del campo, el presidente albiazul -José Ustaran- le entrega una placa y un ramo de flores. El club le nombra -además- socio de honor. El público asistente al partido brinda al homenajeado, constantes ovaciones. Han sido casi tres décadas al servicio del Deportivo Alavés: masajista, preparador físico, utillero o entrenador. ¡Un corazón albiazul muy grande!

¿Pero quién era Fernando Muñoz? En realidad, este vitoriano -nacido en 1907- se llamaba Fernando Jiménez Muñoz y fue conocido con el apellido materno. En su juventud vivió en la ciudad argentina de Mar del Plata, provincia de Buenos Aires. En la ‘Ciudad Feliz’ se inició en el boxeo y protagonizó 45 combates de aficionado. A los dieciocho años está de vuelta en Gasteiz y trata de levantar el espíritu boxístico de su ciudad.

Al no encontrar una dirección técnica adecuada para su carrera, emigra a San Sebastián, Santander y Bilbao, convirtiéndose en un ídolo para aquellos aficionados. En la capital vizcaína encuentra al entrenador de sus sueños: Badiola. Como profesional disputa 41 combates -debuta el 20 de marzo de 1926 en el Teatro Colón de San Sebastián frente a Fernando Lacoste, al que derrota por KO-, con un balance de 24 victorias (5 KO), 8 derrotas (5 KO) y 9 combates nulos. El 11 de febrero de 1931 -en el Salón Nuevo Mundo de Barcelona- cuelga los guantes de manera profesional, tras perder por KO en el quinto asalto frente al valenciano -afincado en Barcelona- Roberto Sanz, en pelea valedera para el Campeonato de España de los pesos ligeros. Once de sus contiendas las celebra en Vitoria, en loor de multitudes.

Tras abandonar el boxeo profesional dirige un gimnasio en Vitoria y se dedica a plasmar sus vivencias y enseñanzas en los jóvenes vitorianos que quieren proyectarse en el ‘noble arte’ de las doce cuerdas. ¡Todos sus pupilos destacan por su gran preparación física! En julio de 1939 ya colabora con el Deportivo Alavés, en la organización del Campeonato de Álava de Boxeo Amateur. En noviembre de 1947 -temporada 1947-48 con el conjunto alavesista en Tercera División- entra a formar parte del equipo en su doble función: masajista y preparador físico. ¡Estará en el club albiazul hasta el 1 de agosto de 1963!.

En la temporada 1952-53, en Segunda, tras el cese de Antonio Molinos, se hace cargo de la plantilla junto al futbolista Antonio Alsua. El gasteiztarra lleva la preparación física y el de Irún desarrolla la parcela técnico-táctica. Al finalizar la campaña los albiazules quedan a tan solo dos puntos, de alcanzar la promoción de ascenso a Primera División.

El 10 de mayo de 1953 la Directiva presidida por Carlos Caballero, le había ofrecido ¡su primer homenaje! El Deportivo Alavés se enfrentaba al Valladolid (3-3) y Mendizorroza presentó un lleno hasta la bandera. ¡Las palmas de las manos, cuentan los que estuvieron presentes, dolían debido a los aplausos que recibió Fernando Muñoz! ¡Gracias por todo, maestro! ¡Grande!

Fernando Muñoz junto a los Belauste, Autillo o Victoriano Palacios, fue uno de los pioneros del boxeo en Vitoria. Sus combates en el Teatro Circo, conocido popularmente cómo ‘La Barraca’, fueron seguidos por gran número de espectadores.

Fue Campeón de Álava con dieciocho años. A los diecinueve se hizo profesional. Venció a campeones nacionales e internacionales, como Eugenio Moreno, el francés Lacoste o el puertorriqueño Jack Contray. La muerte de su madre le impidió boxear en América.

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