Una de las asignaturas pendientes del Deportivo Alavés en este comienzo de curso tiene que ver con la parcela ofensiva. En las tres primeras jornadas, sobre todo en las dos más recientes (Real Betis y Atlético de Madrid), el conjunto babazorro ha echado en falta mayor profundidad y dinamismo al acercarse a la meta rival. Y esto ha provocado que las ocasiones de gol hayan sido más escasas de lo deseado.
Los albiazules no tienen demasiados problemas para sacar el balón jugado desde atrás, incluso para dar un patadón si hace falta. Tanto Antonio Blanco como Pablo Ibáñez son extremadamente fiables en esa tarea –ambos tienen un acierto de pase superior al 86 %– y, aunque ya han cometido algunos errores importantes, los integrantes de la retaguardia también suelen estar lo suficientemente correctos.
El problema nace cuando el Alavés irrumpe en la zona de tres cuartos. Ahí, las ideas suelen desvanecerse. No ocurre siempre, pues Jon Guridi y Carles Aleñá hallan soluciones a veces, pero sí es habitual. Y más alarmante es esta circunstancia cuando ni el de Azpeitia ni el de Mataró están sobre el césped. Solo hay que revisar la segunda parte en La Cartuja o la más reciente, ante el Betis en Mendizorroza.
Aprovechando la participación de Guridi y Aleñá, la principal arma ofensiva del equipo hasta ahora ha sido la banda de Carlos Vicente. El futbolista maño, en su línea, continúa encarando a su par cada vez que puede y ese ánimo, acompañado de sus aptitudes, es lo que está dando profundidad al Glorioso. Algo, por supuesto, de lo que son muy conscientes los rivales, quienes no dudan en vigilarlo de cerca.
Es por esto último que el Alavés no puede depender exclusivamente de su extremo diestro para generar peligro. Necesita mayor variedad de recursos, y sobre ello habló Pablo Ibáñez en su reciente entrevista con este periódico. Para el navarro, una de las soluciones es que sean más los jugadores babazorros en llegar al área del rival, empujando así a su defensa hacia atrás y acumulando más rematadores.
“Me lo he planteado después de estos tres primeros partidos. Pisar el área me gusta; pero, salvo el otro día que me taparon un disparo a pase de Carles (Aleñá), apenas he tenido opciones para ello. Lo volveré a intentar tras el parón”, apuntó en dicha charla. Ibáñez, en Osasuna, era un notable llegador. Uno de los goles clave de la historia reciente rojilla es suyo, en las semifinales de Copa contra el Athletic.
El navarro habló también sobre insistir en las ofensivas por los costados: “Lo primero que hay que tener en cuenta es que los clubes de LALIGA son cada año más tácticos. No es fácil filtrar un pase entre líneas, que sería la vía rápida. En nuestro caso, pienso que debemos aprovechar más las bandas. Llegar por ahí y colgar más balones al área”. Lo interesante sería que no solo Vicente fuera protagonista.
Conscientes de que, si Aleñá es titular, el extremo zurdo no va a ser profundo ni encarador, son los laterales los que deben ayudar al maño en esa tarea. Jonny Otto, por ejemplo, sí que se está atreviendo a sacar el balón, pero muy pocas veces alcanza los tres cuartos de campo. Y, en la contraria, Moussa Diarra no es nada fiable –por muy vistosos que sean sus caños– y Víctor Parada todavía necesita confianza.
Quien, de verdad, podría suponer un antes y después en las incorporaciones por los costados es Yusi Enríquez. El lateral, fichado del Real Madrid, destaca precisamente por eso. Es veloz, valiente, tiene regate y cuelga buenos balones, pero apenas ha disfrutado de minutos todavía. Se espera, eso sí, que vaya apareciendo cada vez más con el paso de las semanas. El ‘Chacho’ lo está aclimatando al equipo.
EL FOCO, EN EL BALÓN
Es probable, de todas formas, que la versión ofensiva del Alavés este sábado sea mucho más convincente que la de las últimas semanas. El técnico argentino ha puesto el foco, precisamente, en el dinamismo y la profundidad en ataque durante el parón y, aunque San Mamés no es el escenario más sencillo para plasmar todo lo trabajado, no sería ninguna sorpresa ver nuevos mecanismos en acción.
También está por ver cuánto pueden ayudar en ese trabajo Denis Suárez y Lucas Boyé, a quienes talento con la pelota no les falta, o si Abde Rebbach, ahora que su continuidad es segura, empieza a recibir más protagonismo. El argelino, como Vicente, es de los futbolistas babazorros con mayor capacidad para retar una y otra vez a los zagueros rivales. Siempre es interesante contar con perfiles así.