Una vez finalizado el parón de selecciones de marzo, el Deportivo Alavés, al igual que el resto de equipos de Primera División, estará inmerso en la recta final de la temporada. 

Esos meses ciertamente agónicos, donde cada partido constituye una final, en los que apenas quedarán 10 encuentros por disputarse y donde no hay nada decidido en la zona baja de la tabla, a excepción del descenso a los infiernos del Valladolid. 

El cuadro de Pucela muestra visos con suma claridad de tener ya pie y medio en la categoría de plata y es precisamente al que el Glorioso visitará en la penúltima jornada del campeonato.

Como es lógico, nadie en la plantilla albiazul quiere perderse ninguno de los diez enfrentamientos que restan para el final del curso. Sin embargo, el ciclo de amonestaciones cobra todavía más relevancia a lo largo de las próximas semanas, cuando Eduardo Coudet necesitará disponer de todos sus efectivos y cada ausencia se notará sobremanera.

En este sentido, los jugadores apercibidos en las filas albiazules son Antonio Sivera, Nahuel Tenaglia, Jon Guridi y Tomás Conechny. En definitiva, futbolistas cuyas ausencias, sobre todo en el caso de los tres primeros, podrían suponer un severo contratiempo para el Chacho Coudet en una lucha por la permanencia que se antoja agónica en las diez jornadas restantes.

KIKE Y MOURIÑO, CON TRES

Además, el Deportivo Alavés cuenta con otros dos jugadores que también deben estar alerta en cuanto a la acumulación de tarjetas

Tanto Kike García como Santiago Mouriño, este último una de las sensaciones del conjunto babazorro en los últimos tiempos, suman tres cartulinas amarillas. En caso de recibir dos más, se perderían uno de los 10 partidos decisivos que restan para el desenlace de la temporada.

Dado que en esta recta final del ejercicio el Deportivo Alavés se enfrentará tanto a rivales directos como a equipos con aspiraciones mucho más altas, y después a otros sin presión clasificatoria, surge el dilema de cuándo ver la quinta cartulina amarilla. 

Una estrategia habitual entre los equipos de la zona baja es “sacrificar” aquellas citas ante oponentes de talla mundial –véanse por ejemplo los encuentros que el Glorioso debe disputar ante el Atlético de Madrid o el Real Madrid– para llegar limpio a los enfrentamientos contra los rivales directos.

Kike García celebra un gol con rabia. José Manuel Vidal

Cabe recordar, además, que el equipo vitoriano afronta un calendario complejo en las próximas semanas, aunque ha demostrado ser más fiable ante los equipos de la zona noble que frente a sus “iguales”. Antes de las agónicas semanas de mayo, el Glorioso afrontará cinco partidos ante rivales que no son precisamente directos

El primero será ante el Rayo Vallecano en Mendizorroza en la vuelta del parón y, ya en abril, el Alavés viajará Montilivi, recibirá al Real Madrid, visitará al Sevilla en el Sánchez-Pizjuán y disputará el derbi en casa ante la Real Sociedad.

En mayo, en las últimas cuatro jornadas del campeonato –una fase a la que la plantilla debería llegar sin riesgos de sanción por acumulación de tarjetas–, el Deportivo Alavés recibirá al Atlético de Madrid, viajará a San Mamés, se medirá en Mendizorroza al Valencia, visitará Pucela y cerrará el curso, en casa, ante Osasuna

Es decir, un mes de mayo con duelos ante los “cocos” de la categoría y otros en los que debe certificar su ansiada permanencia en Primera División.