La visita a Zubieta para el duelo de filiales tampoco fue suficiente escollo para que el Alavés B rompiera la feliz racha en la que ha entrado desde que Molo Casas se hizo cargo del equipo.

Cuatro partidos y cuatro victorias suma el Miniglorias desde el relevo en el banquillo, la última ante la Real Sociedad C con tintes épicos. Los vitorianos encajaron el primer gol del partido en los primeros minutos de la reanudación, pero como quiera que todo lo que antes salía cruz ahora cae de cara, le dieron la vuelta al partido con el empate de Lander Pinillos y el tanto del triunfo de Diego Morcillo en el quinto minuto del añadido.

No fue la visita al tercer equipo txuriurdin el mejor de los cuatro partidos del filial babazorro desde la llegada de Molo al banquillo, pero si algo quedó claro en Zubieta es que el giro de la situación ha dotado al equipo de una confianza que aparece especialmente cuando de decantar los pequeños detalles se trata.

La primera parte fue muy pareja, con mucho respeto mutuo de inicio entre ambos equipos y fases de dominio alterno a partir de los diez minutos, cuando donostiarras y vitorianos salieron de la timidez y empezaron a explorar la manera de hacer cosquillas al rival. Pero no había resquicios en las defensas y los ataques, pese a llegar con cierta fluidez hasta las inmediaciones del área, morían antes de que derivaran en serias ocasiones de peligro. El empate sin goles al descanso no pudo sorprender a nadie que estuviera viendo el partido.

Con la entrada de Edu Fontana por Tomás Mendes trató Molo de refrescar una pieza en la sala de máquinas que es el doble pivote del Miniglorias, pero los primeros destellos de mejoría de los albiazules quedaron en un espejismo cuando a los seis minutos de la reanudación se adelantaron los realistas. Una llegada hasta la línea de fondo siguió con incursión al área por el flanco izquierdo, donde Astiazarán se la puso en bandeja a Arenaza para que, en el interior del área pequeña, la alojara al fondo de las mallas.

Los cambios de Andoni Arzak por José de León primero y de Diego Morcilllo por Lucas Moura poco después fueron la respuesta de Molo al primer gol encajado desde que se hizo cargo del filial albiazul. Sirvieron para tener mayor presencia en ataque, si bien a los dos goles con los que los vitorianos voltearon el marcador hay que atribuirles también algo de cuota de demérito por parte local.

Un balón retrasado hacia el portero Javi Jiménez se lo sacó de encima con un puntapié hacia el círculo central. Un cabezazo alavesista pronto lo devolvió hacia el área local para que Lander Pinillos se lo llevara también de cabeza, dejara atrás al portero donostiarra y no fallara en la definición que mandó el cuero a la red.

Las tablas amenazaron con ser definitivas hasta el final, pero ya bien entrado el crono y cuando más definitivas parecían llegó la acción que decidió el partido. Un ataque de la Real Sociedad C terminó con un centro que no llegó al área, trianguló el Alavés B atrás y el balón llegó a Eneko Ortiz, que vio correr metros allá a Andoni Arzak y Diego Morcillo. Les mandó un pase que superó la adelantada zaga local y se plantaron los dos ante el portero, al que Morcillo batió definiendo por bajo.