Cinco son los puntos que separan al Deportivo Alavés y el Granada, rivales este viernes en Mendizorroza, en la clasificación de LaLiga. Una diferencia no muy amplia, que podrían remontar los nazaríes en un par de partidos, pero que, en realidad, es más reseñable de lo que parece, pues, mientras que en el Paseo de Cervantes reina la calma, el nerviosismo va in crescendo en Los Cármenes, donde, si nada cambia, podría haber un giro de timón pronto. 

Hasta ahora, disputadas las primeras trece jornadas del campeonato, el conjunto babazorro ha cosechado doce puntos y, en consecuencia, va por buen camino en busca de su objetivo, que no es otro que mantenerse en la élite. Ahora bien, no son solo los resultados, siempre necesarios, los que han hecho crecer aún más la confianza en Luis García Plaza, sino la gran imagen que está dejando en Glorioso en sus distintos enfrentamientos.

Este Alavés tiene muy claro cuáles son sus puntos fuertes y cómo potenciarlos y, además, está siendo capaz de competir en todos y cada uno de los escenarios, tal y como pudo comprobarse, por ejemplo, hace poco en el Lluís Companys. Aun con algunos errores, fruto de la inexperiencia, los babazorros se están mostrando seguros atrás y, en ataque, hacía mucho tiempo que no se veía una capacidad para generar peligro como la actual. 

Todo lo anterior, salvo giro inesperado de los acontecimientos, lleva a pensar que Luis García va a seguir rompiendo registros en Mendizorroza. Este viernes, igualará a Natxo González en número de partidos dirigidos (65) y luego solo le quedará Luis Urquiri (72) para colarse entre los diez primeros entrenadores de la historia babazorra. Queda mucho trabajo por delante, eso es cierto, pero el madrileño está haciendo disfrutar a la afición albiazul.

Antonio Blanco, durante el último partido entre el Alavés y el Granada. Alex Larretxi

Paco López, por el contrario, vive tiempos convulsos en tierras nazaríes. Su Granada solo ha sumado siete puntos, lo que le ha llevado a ocupar la penúltima posición de la tabla, y necesita cambiar la dinámica lo antes posible para mantenerse en el cargo. La visita al Paseo de Cervantes, claro está, es una prueba decisiva para el técnico valenciano, sobre todo debido a que, tras medirse con un rival directo como el Alavés, le tocará viajar al Santiago Bernabéu. 

Hasta el momento, la entidad granadina ha tenido paciencia con Paco, recompensando su gran labor el curso pasado, cuando logró el ascenso reemplazando a Aitor Karanka, pero esa confianza tiene un límite. En caso de caer, el de Silla sería el quinto entrenador destituido de la presente temporada en LaLiga, después de Quique Setién (Villarreal), Vicente Moreno (Almería), José Luis Mendilibar (Sevilla) y José Rojo ‘Pacheta’ (Villarreal). 

Más allá de la clasificación, que siempre es remediable, lo que más preocupa en Los Cármenes es la imagen del equipo, al contrario de lo que ocurre en el Alavés. El Granada está encajando muchos goles –30, en concreto– y eso le está obligando a estar muy acertado en ataque para puntuar, lo cual no siempre es posible. Además, está dependiendo demasiado de sus figuras clave, como lo es, por ejemplo, Bryan Zaragoza, sancionado este viernes.

ANTERIOR CARA A CARA

La última vez que ambas escuadras se vieron las caras fue el pasado 5 de mayo. Gasteiztarras y nazaríes peleaban por el ascenso directo en Mendizorroza y el empate final favoreció a los visitantes, quienes terminaron siendo campeones de Segunda División poco después. Myrto Uzuni, en la primera mitad, adelantó a los de Paco López de penalti y, ya en la segunda, Luis Rioja colocó el 1-1 en el electrónico con una bonita volea.

Aquel día, eso sí, el desenlace pudo ser distinto. Salva Sevilla tuvo, también desde los once metros, la oportunidad de dar el triunfo al Alavés, pero su lanzamiento fue despejado por André Ferreira a falta de menos de cinco minutos para llegar al minuto 90