La etapa de José Luis Mendilibar al frente del Deportivo Alavés no fue positiva para ninguna de las dos partes. El de Zaldibar, reemplazo del destituido Javi Calleja, aguantó poco más de tres meses en el cargo y, durante esa breve etapa, no fue capaz de generar ni un atisbo de ilusión en las gradas de Mendizorroza, cada vez más convencidas de que el descenso sería una realidad. 12 partidos, una victoria, cuatro empates y siete derrotas fue su registro.

Afortunadamente, el fútbol siempre da una nueva oportunidad y fue el Sevilla, todo un hexacampeón de la Europa League, quien llamó a la puerta de Mendilibar para ofrecerle la redención. Algo que, inicialmente, dejó dudas entre los seguidores hispalenses, pues pocos recordaban ya sus logros en el Eibar, Osasuna o Real Valladolid, pero que no tardó en dar sus frutos. Y eso que, cabe recordar, la situación del club andaluz no era para nada sencilla.

El técnico vasco llegó a Nervión a finales del pasado mes marzo y allí se encontró a un equipo inmerso en una pelea inesperada. Con 26 jornadas disputadas, y dos entrenadores (Lopetegui y Sampaoli) de por medio, el Sevilla estaba por aquel entonces a solo dos puntos de los puestos de descenso. Una situación que no parecía difícil de solucionar, ya que el plantel tenía nivel de sobra para ello, pero que no era recomendable retrasar

A las órdenes de Mendilibar, quien recuperó el ánimo y la confianza del vestuario, el Sevilla acabó la temporada 2022-23 en la duodécima posición y, por si cumplir el principal objetivo de manera holgada no valía su continuidad, el de Zaldibar llevó la séptima al Sánchez Pizjuán. El 31 de mayo, en Budapest (Hungría), los hispalenses derrotaron a la Roma del mítico José Mourinho, proclamándose así campeones de la Europa League.

EFE

Con todo lo anterior, el guipuzcoano se ganó el favor de la afición sevillista, renovó su compromiso con el club y, desde la semana pasada, busca que su equipo compita por puestos europeos, al contrario que el año pasado. Esto no va a ser, eso sí, una tarea sencilla, sobre todo, después de lo acontecido en la jornada inaugural, cuando los de Nervión cayeron en casa frente a un Valencia que, al menos por plantilla, no debía haberles generado tantos problemas. 

Dicho varapalo, sumado al de este miércoles contra el Manchester City de Pep Guardiola en la Supercopa de Europa, hace que Mendilibar regrese el próximo lunes a Mendizorroza con la necesidad de sumar una victoria para cambiar la dinámica. Algo que, como es lógico, intentará evitar el Alavés; en especial, a sabiendas de que su permanencia va a depender, en gran parte, de su capacidad para hacer del Paseo de Cervantes un fortín.

A favor de los babazorros juega, además de la carga física, el hecho de que el Sevilla viajará con varias bajas importantes a Vitoria-Gasteiz. Tanto la lesión de Tanguy Nianzou como la expulsión de Loïc Badé ante el Valencia hacen que el de Zaldibar tenga el centro de su zaga en cuadro. Sin contar, asimismo, la posibilidad de que uno o varios hombres importantes salgan traspasados en los próximos días, lo cual no es descabellado.