El Deportivo Alavés camina con paso firme hacia los puestos de ascenso directo. Este sábado, ante el Zaragoza, el conjunto babazorro rubricó una actuación digna de un candidato al ascenso en la que la concentración en tareas defensivas y, después, la precisión de cara a la portería rival fueron brillantes.

Si bien es cierto que durante el transcurso de la temporada los compromisos lejos de Mendizorroza se habían convertido en un quebradero de cabeza para el Glorioso, el cuadro vitoriano rubricó esta vez la mayor goleada del curso en el estadio zaragocista.

Y eso que Luis García realizó varios cambios respecto al último once dando entrada a Arroyo, Rober y Toni Moya. Este último, de hecho, dio un paso al frente y se convirtió en uno de los albiazules más destacados en La Romareda.

Moya controla el balón en presencia de Puche Redacción DNA

El fino centrocampista extremeño comandó la sala de máquinas junto a Blanco, que desde su llegada a Vitoria ha ofrecido al Glorioso un perfil de futbolista decisivo para controlar los partidos. Desde los primeros minutos, Moya –que no era titular desde la visita al Málaga– se encargó de ordenar la medular y brindarle ritmo a la circulación del esférico. Manejó a su antojo el tempo ante un Zaragoza que limitó sus ataques a una serie de contragolpes desbaratados por el rigor vitoriano. Pero la actuación de Moya trascendió a los registros goleadores y asistentes.

El extremeño dejó su sello en el primer zarpazo de la tarde cuando Sylla aprovechó un centro milimétrico de Moya para batir a Cristian Álvarez. El partido transcurría en una fase de máxima igualdad entre ambos contendientes y en ese contexto la efectividad a balón parado resultó decisiva.

Tras el tanto inicial, el de Mérida no dejó de trabajar en el centro del campo y dio claridad a los suyos mediante su visión de juego y su entrega en defensa. Y no solo eso, el centrocampista extremeño acudió a su particular cita con el gol.

Un gol de bandera

El seis babazorro, que estrenó su apartado goleador con el Glorioso en la visita a Anduva, puso el segundo tanto de la tarde, y también de su cuenta particular este curso, en una jugada de gran delicadeza en el área del Zaragoza. El extremeño recogió el balón entre los centrales, dribló a la defensa maña y batió a Álvarez mediante un disparo imparable. Todo un premio a su insistencia.

Y es que Moya es la persistencia personificada. El pivote albiazul ha sido un recurso de garantías por parte de Luis García para los últimos minutos de cada partido. Ante el Mirandés disputó la media hora final, al igual que contra el Eibar. Ayer, sin embargo, el emeritense obtuvo su recompensa en forma de titularidad dejando en el banquillo a Salva Sevilla, sin minutos en tierras mañas.

El Glorioso volvió a mostrar sus credenciales en la siempre complicada visita a La Romareda. El conjunto babazorro marcó unas insalvables diferencias mediante los cambios tras el descanso. El técnico babazorro dio entrada en la media hora final a Villalibre, quien anotó el tercero de la tarde gracias a un cabezazo sin paliativos. Y ya cuando el duelo estaba prácticamente visto para sentencia, Rioja redondeó el marcador con un nuevo zarpazo clave para prolongar la excelente dinámica albiazul.

Una vez certificado el triunfo ante el Zaragoza, no hay duda de que el Alavés es ya un firme candidato al ascenso. No solo por su dominio de los partidos, sino también por la aportación de actores secundarios como Moya, quien destacó sobremanera sobre el tapete zaragocense.