Luis García calificó la visita del filial del Villarreal a Mendizorroza como el partido más importante de los cinco que restaban del año y así se lo tomaron sus pupilos. El Deportivo Alavés fue superior este sábado al cuadro amarillo y, gracias a un gol de Salva Sevilla de penalti y otro de Benavídez en acción de estrategia, sumó tres puntos importantes para su pugna por el ascenso. De esta manera, además, mantuvo su imbatibilidad como local, que ya supera las 17 jornadas del campeonato liguero.

Al contrario que en anteriores ocasiones, en las que las ausencias por lesión o sanción no se lo habían permitido, el técnico madrileño pudo esta vez dar continuidad a la gran mayoría de los futbolistas que formaron el último once. En concreto, solo hubo una variación respecto al derbi en Ipurua y este pudo apreciarse en la banda derecha, donde Xeber Alkain ocupó el lugar de Jason Remeseiro, seguramente con la idea de dar más profundidad y velocidad al equipo gasteiztarra en sus habituales ofensivas por los costados. 

Un propósito difícil de llevar a cabo, pues el filial groguet se plantó en Mendizorroza con sus carriles bien cubiertos –en la derecha, sin ir más lejos, Miguel Álvarez alineó a dos laterales–, pero que muy pronto dio sus frutos. Aún sin haber alcanzado los diez minutos de juego, Rioja pudo atacar la línea de fondo y, una vez liberado de la presión amarilla, colgó un centro al segundo palo que fue despejado por Íñiguez cuando Jon Guridi se disponía a empujar la pelota al fondo de la red defendida por Jörgensen. 

Esta última, sin embargo, no fue ni mucho menos la ocasión más clara de la primera mitad. Mientras el Glorioso explotaba esa vía de enviar balones una y otra vez al punto de penalti, el Villarreal prefirió atacar mediante veloces triangulaciones por el centro y, en una de ellas, Collado buscó fortuna con un potente –y muy lejano, sobre 30 metros– remate que hizo vibrar la madera. Algo a lo que, eso sí, los albiazules respondieron con un disparo de Rioja y otros dos de Miguel, todos muy bien dirigidos, pero desafortunados.

Y así, dispuesto a adelantarse en el marcador, se mantuvo el Alavés. Durante el último cuarto de hora de la primera mitad, los babazorros dominaron por completo a los groguets, aparentemente sorprendidos por el ritmo vertiginoso del encuentro, y el gol terminó llegando. Fue Salva Sevilla quien, tras intentarlo instantes atrás, adelantó al conjunto local a través de un penalti perfectamente transformado por la escuadra (1-0)  y que se había señalado, con intermediación del VAR, como consecuencia de una mano de Íñiguez.

Segundo gol del veterano centrocampista almeriense esta temporada, ambos desde los once metros, y que le sirvió para poner la guinda a su excelente actuación. Esa que, sumada a la inteligencia y movilidad de su compañero Guridi en la mediapunta, permitió a los atacantes del Glorioso recibir el balón en posiciones de peligro a lo largo de los primeros 45 minutos. Faltó, cabe mencionar, más efectividad arriba, sobre todo teniendo en cuenta que las ocasiones no fueron escasas. 

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Esta ventaja albiazul en el marcador, como es lógico, hizo que el filial del Villarreal diera un paso al frente después de pasar por los vestuarios. Gracias a esto último, los amarillos manejaron mejor el balón y merodearon el área babazorra, pero, eso sí, con bastante menor claridad que la que había tenido el conjunto vitoriano. Aun así, tratando de contrarrestar el ímpetu visitante, Luis García dio entrada a Benavídez, Jason y Rober en sustitución de Sedlar, amonestado previamente, Alkain y Guridi.

Ya en la recta final del partido, el Alavés parecía destinado a sufrir un día más para llevarse los tres puntos, pero no fue así. Al contrario que en anteriores ocasiones, los gasteiztarras no renegaron a salir al contraataque y, en una acción a balón parado, Benavídez marcó de cabeza el segundo (2-0). Y, por si el tanto del jugador uruguayo no era sentencia suficiente, Mbacke dejó a su equipo con diez hombres al protestar con demasiado esmero una decisión arbitral.