Manu García fue el primero. El verano pasado. Ha pasado poco más de un año desde que el Alavés decidiera no renovar al bravo jugador gasteiztarra. El entonces capitán albiazul se despedía del club de sus amores tras nueve temporadas. Adiós a un icono del club.

Él fue el primero de los símbolos albiazules que han ido saliendo de la entidad del Paseo de Cervantes desde entonces. Y es que ha habido más. Otros tres. Al ahora jugador del Mirandés se han unido este verano Martín Aguirregabiria, Fernando Pacheco y Víctor Laguardia. Historia viva del club todos ellos. Protagonista de momentos épicos a su vez. Artífices de algunas de las páginas más brillantes de la historia del club y referentes de la institución babazorra los cuatro.

Sin embargo ya no están. El final de un ciclo ha llegado. De hecho, con la no renovación de Víctor Laguardia, el Deportivo Alavés se queda sin el único jugador que había participado en el último ascenso, el de la campaña 2015-16, bajo la dirección de Bordalás.

Víctor Laguardia, en el partido ante el Espanyol. | FOTO: ALEX LARRETXI

Adiós al káiser, un referente y todo un ejemplo dentro y fuera del campo, que al igual que sus otros tres compañeros han calado hondo en la afición albiazul, pero no han podido disfrutar de la despedida merecida por méritos y trayectoria deportiva en el club. El Alavés les ha dispensado una salida muy fría a estos cuatro emblemas, lejos del calor que merecían por los méritos contraídos en el Glorioso.

Jugadores que sienten el club

Y es que se trata de jugadores con poso en el conjunto babazorro. 38 temporadas a sus espaldas acumulan los cuatro –14 para Martín Aguirregabiria, 9 en el caso de Manu García, 8 en el de Laguardia y 7 en el de Pacheco–. Jugadores que han sentido los colores, y que los sienten, y se han identificado con el escudo que han defendido durante tantos años.

Y es que algunos lo han mamado desde niños, casos de Manu o Martín. El primero ya disfrutaba del equipo de sus amores desde la General antes de saltar al césped y ayudar al equipo a subir desde Segunda B hasta la Liga de las Estrellas. Aguirregabiria, por su parte, ha sido el canterano que más temporadas ha permanecido en la disciplina albiazul, 14 nada más y nada menos.

En el caso de Laguardia y Pacheco, pese a no estar formados en la casa, acabaron siendo “uno de los nuestros”. Ambos, con el paso de los años terminaron impregnándose del sentimiento albiazul. Imbuidos en sus colores. Grabando su nombre con letras de oro en la centenaria historia del club. De hecho, el guardameta pacense tiene el honor de haber sido el futbolista con más partidos disputados con el Alavés en Primera (208). Laguardia, por su parte, ha sido el gran líder que ha tenido el equipo en estos años. Un ejemplo de compromiso y sin lugar a dudas, uno de los mejores centrales que ha tenido el club a lo largo de su historia. El central maño también ocupa uno de los puestos de honor en cuanto a partidos disputados en Primera División. Con 176 encuentros jugados, Laguardia aparece en el segundo puesto de este ranking liderado por Pacheco. Ya no están. Ninguno de ellos. Figuras claves en la historia reciente del club.

Los últimos capitanes

Buena prueba de ello, es que se trata de los últimos capitanes que ha tenido el Deportivo Alavés estos pasados cursos. Manu García cedió el testigo el año pasado a Laguardia, Pacheco y Martín. Ya no están. Fin de ciclo. En este inicio de Liga ha sido Luis Rioja, el que les ha tomado el relevo portando el brazalete.

El andaluz se ha encontrado con una situación inesperada. Y es que era difícil de esperar que el Alavés se desprendiera de cuatro figuras de esta talla en poco más de un año. Todo empezo en mayo de 2021, cuando el Alavés no ofreció la continuidad a Manu García tras nueve temporadas . Adiós al gran icono del club en la era moderna. Un jugador que disfrutó de dos ascensos, una final de Copa y salvaciones agónicas a lo largo de sus 308 partidos disputados como albiazul. El último de ellos, sin el protagonista saberlo fue en un Sánchez Pizjuán vacío por la pandemia. Un final no acorde a la altura de su paso por el club.

Manu García tuvo que esperar a venir de visitante con el Mirandés hace unos días para recibir el calor de una grada que le idolatra. La insignia de oro anunciada por el club, aún está pendiente para otra ocasión.

Salidas frías, insignias pendientes

Fría también fue la salida de Martín, el siguiente de los iconos en tener que abandonar el club, un año más tarde. El canterano conoció a última hora que no entraba en los planes del club para Segunda. El jugador gasteiztarra dejó entrever cierta falta de tacto desde las altas esferas de la entidad del Paseo de Cervantes, ya que desveló que el club había esperado hasta última hora para comunicarle su decisión de no renovar un contrato que expiraba el pasado 30 de junio. De este modo se ponía fin a toda una vida de albiazul. 14 años vistiendo los colores de sus amores, desde infantiles hasta Primera. A él también le aguarda la insignia de oro del club.

También la tendrá Fernando Pacheco. El Alavés así lo anunció cuando el guardameta pacense oficializó su marcha al Almería. Su salida, al menos supuso cierto alivio económico para un Alavés con problemas financieros. El deseo del meta, probablemente el mejor que haya defendido la portería albiazul a lo largo de su historia, era seguir, pero el descenso a Segunda acabó por hacer inviable su continuidad.

Tampoco ha sido posible la de Laguardia. El culebrón llegó a su fin este martes. El Alavés y el club querían seguir juntos, pero no ha sido posible, ya que la entidad babazorra no contaba con el músculo económico necesario para hacer una oferta en condiciones al central maño. También se va. Es de suponer que al igual que a sus tres compañeros también le aguarde una insignia de oro y brillantes. La cuarta para jugadores que han hecho historia y ya no están. Es el final de un ciclo.